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Matemos al hype

Los grandes lanzamientos han demostrado su mal
Por Dayo

Hablemos de consolas. Hablemos de cómo PlayStation 4 ha superado de calle a Xbox One llegando a vender más de 10 millones de unidades en menos de un año. Hablemos de cómo todavía no hay un solo título exclusivo para esa consola que sea decente mientras que Xbox One tiene, por lo pronto, a Titanfall de su parte. Pronto llegarán más. Pero todos saben que PlayStation 4 es superior porque reproduce el vídeo a 1080p y Microsoft ha hecho una de las planificaciones más polémicas y desastrosas que se ha visto jamás a la hora de lanzar una consola. Hablemos de cine, de música. De todos esos inútiles o mediocres que están bajo el foco de la fama, el dinero, los barcos y las putas mientras gente con talento raspa los envoltorios de la bolsa de magdalenas que ha cogido de la basura para poder sobrevivir. Hablemos de hablar, de vender. Hablemos de Destiny. Hablemos de hype.

 

No sé quién inventaría esa palabra, pero es un término que este año ha demostrado ser una y otra vez más sinónimo de mal que bien. Siento hype hacia Evolve y Kingdom Hearts 3, pero el hype es lo que ha permitido que Watch Dogs haya vendido a pesar de ser uno de los AAA menos inspirados que se ha visto en los últimos años, con perdón de Medal of Honor: Warfighter. El hype es lo que arruinó el disfrute de Dark Souls II. El hype da, el hype quita. Estaríamos mejor sin él.

 

Destiny lleva casi una semana en el mercado y, contra mis predicciones, ha recaudado más de 500 millones de dólares en un solo día. Todavía no han declarado los 1.000 millones, así que quizá la gente se haya detenido un momento a valorar si realmente este juego merece tanta buena prensa. Pero ya había ganado la guerra antes de comenzar: es la nueva IP con más reservas que haya habido jamás. Ahí tienes un récord. Y no ha ofrecido tanto. De acuerdo, ahí están el alpha y la beta, pero no los comparemos con la experiencia completa: Destiny ha vendido una imagen, no un juego. Y ahora que se levanta el telón y se ve que la mayoría es genérico, terreno ya explorado vendido como el último grito en diseño, la gente se siente decepcionada. La nueva generación iba a comenzar cuando Destiny lo dijera ¿no? Pero antes era cuando lo dijese Watch Dogs. Antes era cuando lanzasen las consolas.

 

Aún sigo esperando.

 

DestinyHype

Al menos se ve bien

 

El hype ha alterado demasiado nuestra percepción. Ha hecho que la gente se apoltrone a las puertas de una tienda a medianoche sin siquiera saber a qué se enfrentan. Ha causado que todo el mundo esté hablando de este juego en una suerte de espiral retroalimentada ad infinitum. Yo hablo de Destiny, tú hablas de Destiny, él habla de Destiny y, aunque somos sólo tres personas, parece que todos están hablando del juego. Debe ser interesante, voy a comprarlo. Algún uso tengo que darle a mi PlayStation 4, al fin y al cabo.

 

 

El hype pone las expectativas muy altas. Dark Souls II no necesitaba ser un behemoth técnico. Nadie esperaba que la obra de From Software tocase techo a nivel visual, pero ahí tenemos las demos y los vídeos oficiales moviendo un motor gráfico que no existe en el juego final. Una mentira ideada para vender en base a la imagen y una decepción que no debería existir. Dark Souls es más que eso, pero cuando salió de pronto los gráficos eran todo lo que ocupaba la conversación. Poco importaba la calidad del juego, su diseño abotargado, la dificultad forzada. No se veía tan bien como nos habían prometido y es muy cierto y una queja justa ¿Pero por qué hacer esa promesa?

 

El hype quita valor al público y al periodista. Si estamos esperando como buitres a que publiquen un juego para lanzarnos sobre él sin pensar en su calidad o sus méritos nos convertimos en cifras, en marionetas. Watch Dogs ha sido un éxito. Hay mucha gente decepcionada ¿Es su culpa por impacientes? ¿Culpa de la industria por manipuladora?

 

No es la primera vez que ocurre. Ha habido otros nombres antes y hay uno que pende sobre nuestras cabezas: Half Life 3. No quiero imaginar qué ocurrirá cuando salga ese juego ¿será bueno, será malo? Da igual, porque ya hemos tomado nuestra decisión. Nos dejamos llevar por la inercia ¿y por qué esperamos ese juego? Un día me detuve a pensarlo y no estaba seguro de la respuesta.

 

El hype no nos conviene. Nubla nuestro juicio, hace que tomemos decisiones precipitadas. Da fama a quien no la merece ¿realmente Destiny ha resultado ser el fenómeno que esperábamos? ¿Ese game changer que nos habían vendido? 2015 va a ser una suerte de prueba de fuego ¿Habremos aprendido sobre nuestros errores, sobre estos casos de hype desbocado? Deberíamos aprender a esperar y no esperar grandeza, simplemente dejar que las cosas ocurran y que, quien lo merezca, reciba reconocimiento. Matemos al hype. Acabemos con este juegos de espejos.

 

O mejor no, que dentro de nada sale The Vanishing of Ethan Carter ¡BELIEVE THE HYPE!


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