Mandos y Xbox, una relación discutible

Microsoft sigue dando noticias hoy, que le ha tocado hablar de la duración hipotética de los mandos de la futura consola de nueva generación de la firma, Xbox One. Han tasado en diez años la duración de los mismos, y creo que a nadie extrañará que se pregunte a los de Redmond por las futuras características del mando: la generación Xbox 360 y sus mandos han supuesto una batalla doméstica desde el lanzamiento de la máquina en diciembre de un lejano 2005.

Bob Brown, encargado de la parte de hardware y accesorios de la división de entretenimiento de Microsoft, ha aclarado que los mandos, tras pasar una serie de pruebas y tests de calidad, asegura que los botones de su nueva creación están preparados para ser presionados durante más de dos millones de veces sin fallar en su pulsación, por lo que podrían durar hasta diez años sin fallar y funcionando a pleno rendimiento. Parece un buen número y un mejor dato, pero nos faltan hechos para llegar a creerlo, y más tras pasar lo que hemos pasado a los mandos, y nunca mejor dicho, de lo vivido en 360 con el propio pad y los distintos accesorios que lejos de facilitarnos el juego nos lo han puesto más difícil.

No tanto la calidad del propio mando, que es indudablemente ergonómico y es, probablemente, de lo mejorcito que hemos tenido en la presente generación, pero no han sido pocos los problemas que han llevado a los usuarios de dichos pads a cambiarlos por nuevos o batallar en duras luchas contra cables que no van bien e hipotéticas baterías que no duran más de un año funcionando a pleno rendimiento. Podríamos pensar que era cuestión de nuestro puro vicio, pero el problema ha sido generalizado a todas luces.

Los kits de carga y juega desarrollados por firmas third parties, en su amplia mayoría fabricados en China con dudosa calidad, nunca han sido excesivamente fiables, y aunque viniesen enmarcados en un blister de la tienda o la distribuidora de accesorios de turno, os aseguro que no estaban hechos con mucho amor. ¿Cuál es el problema? Acudir a los first party, a los oficiales de Microsoft con su sello de calidad y con su garantía tampoco era un ejercicio excesivamente rentable: difícilmente ha aguantado doce meses el tándem batería y cable sin tener que acudir a otro cable o batería que tuviese por casa.

Recuerdo que con nuestra inocencia y dicharachería caraterística de mediados de la década pasada, criticamos el gesto de Sony de poner una batería interna en su esperanzador Sixaxis, ya que según decía el credo mayor, la rotura de la misma obligaría al cambio entero del mando. Con el tiempo, al menos como consumidor y con mi experiencia y la de muchos conocidos, parece demostrado que hemos acabado invirtiendo mucho más dinero en mandos y accesorios de Microsoft por varios motivos que en los de Sony, que por cierto, tengo dos y ninguno sin problema todavía.

¿Durarán diez años los mandos de Xbox One? Eso espero. Dudo que cueste tanto ofrecer un mando que se adapte a los stándares que sin duda merecemos por hacer una inversión en un accesorio que resulta tan imprescindible en nuestra práctica y ocio. De hecho, ya que estamos, sería maravilloso tener una cruceta acorde a la segunda década del siglo XXI. Con la primera Xbox tenían una muy potable, ¿qué se ha perdido en el camino? Sin duda, estaría bien que nos viésemos recompensados tras tantos dolores de cabeza de carga y juegas que no cargan y prácticamente nos impiden jugar.