Lugares vol.7: Nurburgring

Si se nos apareceria un genio de la lámpara y nos pidiera un deseo automovilístico, correr en Nurburgring sería uno de los trending topics. Y todo gracias al papel del videojuego, ya que el circuito lleva años en desuso a nivel competitivo pero sigue siendo accesible para el gran público que se acerca hasta el mismo. Teniendo en cuenta que conducir hasta Alemania para darse una vuelta en un circuito de veinte kilómetros no es el pan nuestro de cada día, la oportunidad de echar unas vueltas de manera virtual es uno de los mejores regalos que nos puede ofrecer el videojuego.

Rescatar circuitos pretéritos no es una tontería para los seguidores de los deportes de motor. Poca broma. Muchos son los que en foros claman porque el desarrollador de turno se marque una copia del circuito urbano de Montjuic, el de Pau o reviva los días de gloria del primer Spa. De entre todos ellos, el de Nurburgring tiene una magia especial que ha perdurado hasta nuestros días.

Acostumbrados a circuitos cortos, de entre poco más de un minuto y algo menos de tres de duración, con carriles suficientes para que quepan dos y hasta tres coches, convertidas en habituales las pistas en las que el paisaje son las gradas, las vallas publicitarias y el público, Nurburgring ofrece el reto más bello: el jugador contra un circuito estrecho, rodeado de árboles y sin lugar para las equivocaciones porque las escapatorias no existen.

Como jugador, además, ofrece un reto doble. Si puede resultar complicado memorizar un par de docenas de circuitos de un juego, memorizar el trazado de una ruta de veinte kilómetros tiene su mérito. Cierto es que Nurburgring exprime al límite esa extensión para combinar tramos muy rápidos, como esa recta kilométrica, con otras zonas más técnicas hasta que uno llega a LA curva: el Karusell.

Una horquilla de 180 grados, ciega, contraperaltada, es uno de los paisajes más bellos para visitar a lomos de un deportivo ya sea en Gran Turismo, en Forza Motorsport, en GT Legends, en Project CARS o en rFactor. Una curva que no perdona a los que entran pasados de frenada ya que está configurada para entrar bien y aprovechar el desnivel para salir propulsado hacia la salida.

Por ello, ante la inminente salida de los nuevos Forza y Gran Turismo, sólo les pedimos una cosa a Turn 10 y a Polyphony. Seguid con la costumbre e incluid Nurburgring en vuestro catálogo de circuitos. Posiblemente sea uno de esos en el que los jugones nunca, nunca, se cansarán de correr.