¿Los minijuegos de Tekken 3 han herido de muerte a Tekken 7?
Los minijuegos, trajes y modos para un jugador más allá del arcade llegaron a los juegos de lucha para captar público ajeno al juego. Es por eso que títulos como Tekken 3, Street Fighter Alpha 3 o Super Smash Brawl funcionaron bien, porque partían de una muy buena base jugable y atrajeron también a jugadores a los que el fighting les daba igual, o que al menos no querían tener que profundizar en su sistema de juego, solo pasarlo bien.
Esto es muy lícito, cada uno le pedimos lo que nos da la gana a cada videojuego, faltaría más, pero en mi opinión estos minijuegos han confundido la visión que se ha de tener sobre los juegos de lucha. Tekken 7 ha mostrado cómo la comunidad de jugadores está dividida a la hora de recibir un videojuego de combate 1vs1. Hay gente que ha alabado su sistema de combate rematadamente pulido gracias a su travesía por salones recreativos, pero otras voces han señalado una escasez flagrante de modos en single-player. Y sí, claro que las dos voces tienen razón.
Tekken 7 llega con un modo práctica muy configurable, modo online, una historia y el gesto de dejarnos personalizar a nuestro personaje, y la batalla por el tesoro. Mal que nos pese, los modos single-player de un fighting game atienden a un único propósito: entrenar con nuestro personaje antes de combatir contra amigos y en el online, para nada más, esto no es un party-game, no quiere serlo y menos en estos tiempos. De nuevo, insisto, que cada uno puede pedirle a un videojuego lo que le dé la real gana.
Tekken 7 trae lo que vino con el videojuego original que se entregó a los arcades, las revisiones que se produjeron sontre este y cambios a mayores que Harada y los suyos añadieron. Eso son dos años de duro trabajo para hacer de este un juego profundo como un pozo. No hace falta mucho para descubrirlo, solo con jugar un combate y dar dos golpes uno se hace eco de esto, el juego posee unas dinámicas trepidantes, tensas y emocionantes, y lograr eso es difícil. Y eso es lo que tiene que perseguir un juego de lucha, y Tekken 7 lo tiene. Sin embargo, este juego está viviendo a la sombra del minijuego de bolos, de aquel beat´em up soso que gustó porque se ha jugado poco a Streets of Rage, y de todo lo menos importante que se recuerda de las mejores entregas de Tekken.
Reflexionando sobre esto, hay que mencionar el desastre del Camino del Hado de Ultra Street Fighter II: The Final Challengers. En lugar de poner un modo single-player que el juego sí necesita: unos desafíos, se añadió este minijuego en el que subir niveles intentando controlar a Ryu con los Joycon, y ahí esta el problema. ¿Favorece este modo de juego a la experiencia global del título? ¿Nos enseña a jugar mejor? ¿Nos catapulta al competitivo? Esas son las preguntas que hay que plantearse al preparar un modo de juego para disfrutar en solitario, si la respuesta es que no, no hace falta ponerlo ahí.
Los juegos de lucha están aprendiendo la lección de los grandes de la competición a día de hoy, de LoL, de Dota 2, de Overwatch… Y, afortunadamente, están retirando todo lo que no conduce a jugar en competitivo a favor de pulir estos instantes mucho más, lo que queremos los fans del género. El problema que tenemos hoy es que para introducir a gente en estos títulos las desarrolladoras se han afanado a introducir modos innecesarios para este fin, una gente que quizás no considere ahora en su justa medida sistemas de combates pulidos con respecto a sus precursores porque lo que sí valora es lo que le introdujo en el fighting-game por primera vez, y sí esos modos ya no están... Es por ello que yo pregunto ¿favorecen los minijuegos que no son de lucha a estos juegos?
El desafío que tienen ahora los desarrolladores es añadir modos single-player que satisfagan a este usuario que realmente no le interesa la lucha pero que a la vez lo invite a jugar online, y no tengo claro que a través de un ejercicio casual que no enseña se pueda lograr. Lo que creo es que incluso cuando salga Tekken 8 se seguirán recordando los minijuegos de los títulos originales, que no están y que eso es malo. De nuevo, no intento demonizar esas querencias; sería ridículo y absurdamente pretencioso querer deciros lo que podéis exigirle o no a un videojuego. Yo solo intento pediros que disfrutéis de lo que de verdad tiene este género para ofreceros, que disfrutéis de ver a los pro-player, de reproducir sus golpes, de masterizar a un personaje, de perder y de ganar; en definitiva, de los juegos de lucha.
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