Tekken 7 o cómo aumentar la tensión de los momentos sin golpes
Tekken 7 es un juego de lucha robusto como una roca. Una de las cosas que más gustan de un fighting game son los instantes en los que no estás atacando, pues en ellos se construye una tensión especial, un intercambio de golpes para medir distancias sin tocarse, para tentar al adversario o conectar un combo. Esto lo hace Tekken 7 a la perfección. Al videojuego se le puede achacar que nos ha llegado dos años tardes con respecto a sus versiones arcade, pero tras comprobar lo bien que funciona el título en sistemas domésticos, creo que es justo al contrario: un juego de lucha, para ser bueno, tiene primero que haber tenido rodaje en recreativas.
Es gracias a eso que contamos con un versión de Tekken 7 deliciosa. Técnicamente sí que se ve un tanto desfasado con respecto a otras propuestas, pero el comportamiento de sus personajes es perfecto para construir esa tensión pausada de la que hablo en el primer párrafo. Los luchadores se acercan, conectan un golpe, forman un impás con su cuerpo, meten otro o si se equivocan le dejan espacio al contricante para contraatacar. Tekken 7 siempre me supo a sumo, a fuerzas enfrentadas condenadas por una falta de movilidad a matarse, y aquí lo noto más que nunca. Esto es un piropo, por si no ha quedado claro.
Al título llegan además dos funciones que hacen de esta tensión aún más acentuada. Si nuestra barra de vida mengua hasta el punto de ponerse roja podemos realizar un ataque especial de muy fácil ejecución, de manera que los últimos momentos de cada round son especialmente emocionantes. Pero cuidado, porque aunque esto pueda parecer una ventaja terrible es fácil ganar a un novato en Tekken 7 que ve en este Rage Art una posibilidad de victoria rápida. Para añadir más variables contamos con un Power Crush que recuerda al focus de un Street Fighter IV y al Rage Drive, que es algo similar al V-Trigger de Karin, pues se alteran ciertos patrones de los combos para facilitarlos.
El trabajo de Bandai-Namco es maravilloso, sí que es cierto que muchos echarán de menos todos los fantásticos modos single-player y cooperativo que hicieron aún más grande a Tekken 3, pero en lo importante, en esa profunda mirada entre dos luchadores que quieren realizar su primer o último golpe, Tekken 7 es sobresaliente. A ver qué tal va funcionando su online con el paso de los días, pero para los que buscan un juego de lucho elegante y delicado a los mandos, ya saben.
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