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Lo que podría ser Watch Dogs si se atreviese con la Deep Web

A capturar en el mundo real
Por Álex Pareja

¿Sabéis cuál va a ser el problema de Watch Dogs? Que hemos tenido tanto tiempo de cocinar en nuestra cabeza lo que creemos que va a ser, que tiene todos los números de ser infinitamente mejor lo que hemos imaginado que lo que nos acabará brindado Ubisoft. Todo apunta a un universo de hackers guays, mejoras de armas random, peinados esotéricos, tatuajes de Suicide Girl, muchas explosiones y todos los clichés que puedas imaginar dentro del universo videojuego de acción. Y es una lástima, sobre todo cuando con poco conoces que la red es un hervidero de mierda gigante del que nadie se ha atrevido a explicar nada atrevido al respecto, al menos en forma de videojuego.

 

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Hay temas tabú, es obvio, y en un día como el de hoy en el que se habla de tráfico ilegal de órganos humanos, me ha resultado inevitable recordar esa tercera parte de la historia veraniega del tío desaliñado de cuyo nombre de franquicia no quiero acordarme (para no spoilearte el punto fuerte del mismo o click para spoiler) y lo que me sorprendió que el título tratase un tema así. Nunca jamás lo vi en un videojuego. La Deep Web viene a ser el culmen de toda esa basura: mitad leyenda, mitad real, es prácticamente ciencia ficción hecha realidad. Un campo en el que habita todo lo malo con lo que puedas negociar y 'trapichear' llevado al extremo.

 

Pienso que pecamos de inocentes al creer que la Deep Web, o lo que conocemos como Deep Web al menos, es lo máximo a lo que podemos acceder: si todo lo que vemos dentro del escenario que es la red ‘real’ puede provocar tanto, ¿qué puede haber detrás del mismo? ¿Qué puede esconder ese telón? La teoría más distendida es que lo que vemos es la punta del iceberg de unos cuantos de quilos de agua congelada, debajo descansa un mastodóntico pedazo de hielo de miles de toneladas que no podemos ver sin correr una serie de riesgos importantes. Y ahí está la mierda, y ahí puede 'jugar' Watch Dogs.

 

¿Sabéis cuál es la desgracia del presente caso? La contradictoria relación entre algo tan sumamente comercial como Watch Dogs ante lo underground (por llamarlo de alguna forma) y oscuro (en el más amplio, desagradable y sucio sentido de la palabra) que es esa Deep Web. La mera mención de prácticas sexuales denigrantes, asquerosas, inhumanas e ilegales acarrearía problemas importantes al videojuego y al propio estudio de desarrollo. Problemas ‘más de Hollywood’ como las drogas o la prostitución no son tabú a la hora del escándalo, de hecho, son prácticamente detectables en el tráiler, pero si desde Ubi quisieran pegarnos un puñetazo en la cara con todas las de la ley, nos meterían en conflictos de lo más oscuro y denso de esa Deep Web.

 

Pocas experiencias y pocas historias podrían tener un mejor telón de fondo que WatchDogs para presentarnos la cara oculta de Internet. La más fea. La más asquerosa. No por ello menos real. ¿A qué se atreverán en Ubisoft?


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