Lo que Far Cry 5 debería aprender de GTA V
Far Cry 5 es un videojuego divertídismo. Aporta lo que cualquier fan de la saga podría esperar pero con ciertos cambios y pequeños conceptos evolucionados respecto a las anteriores entregas, hecho que se agradece. Sin embargo, más allá de todo ello, el título patina en otras muchas áreas que si bien no afectan a esa diversión provocan que para mí no pueda ser considerado uno de los grandes videojuegos del año ni del género en que se enmarca.
Más allá de los problemas con la inteligencia artificial, la manera de plantear los enemigos con sus encuentros y todos los errores que desde aquí ya hemos remarcado, creo que el mayor problema de Far Cry 5 es que no tiene una personalidad definida. Y es algo que no solo le ocurre a esta quinta entrega, sino que también lleva arrastrando desde siempre la saga. Es un videojuego que busca la diversión más desenfada y desenfrenada, con explosiones y acción constante, pero que a la hora de plantear la historia y otros elementos quiere convertirse en algo serio. Es una continua disonancia entre lo que quiere contarnos y lo que realmente desea que experimentemos como jugadores.
Far Cry 5 necesita ser un videojuego que mantenga el mismo tono y personalidad en todas sus vertientes. No puede ir yendo de un lugar para otro, ya que pierde fuerza. Todos sabemos de qué va la saga y qué es lo que nos vamos a encontrar, pero Ubisoft sigue empeñada en querer ofrecer una buena historia (que luego no lo es), unos enemigos muy definidos, que hablan mucho, con problemas reales, la intención de lanzar mensajes morales que finalmente terminan por llegar a ningún lado... y por eso creo que deberían fijarse mucho en lo que hace GTA V y el resto de los juegos de la saga de Rockstar Games en general.
Far Cry y GTA son sagas que se parecen mucho más de lo que parece. Más allá de las diferencias obvias en el planteamiento del mundo abierto y de las mecánicas jugables, su fin es el mismo: dejar al jugador hacer el cabra como le apetezca a través de las herramientas proporcionadas por el estudio. Sin embargo, solo una de las dos sagas es capaz de mantener esa coherencia, tono y personalidad en todos sus campos: GTA. Pensad en cualquier entrega de la franquicia y os daréis cuenta, ¿a que desde la historia, los personajes, sus problemas, las misiones, el mundo, el tono, las posibilidades jugables y todo lo que encontramos mantiene un tono muy similar? Eso es lo que le falta a Far Cry 5.
No digo que el próximo Far Cry deba tomarse todo a broma y que el tono general del juego sea la comedia o la sátira, pero sí que debe mantener un tono más desenfadado y acorde al objetivo final que tiene el estudio. Enemigos más esperpénticos, que den menos la chapa, situaciones locas que concuerden con la propia historia y con su discurso... eso es lo que debería tener en cuenta Ubisoft para crear una entrega de la saga que realmente se convierta en una gran obra, y no solo en un buen videojuego.
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