Lo que Cyberpunk 2077 sí debería tomar de The Witcher 3
En mi regreso a The Witcher 3 me he topado con un videojuego con demasiadas carencias en lo jugable y en lo técnico, elementos que no deberían repetirse en el próximo juego de CD Projekt RED bajo ningún concepto. Sin embargo, es evidente que la obra protagonizada por el Brujo tiene alma y mucho de lo que Cyberpunk 2077 sí debería aprender y tomar.
Porque a pesar de todos esos problemas es obvio que somos muchos los que disfrutamos de The Witcher 3 en su momento y los que ahora estamos dando una segunda vuelta, siendo permisivos con esos problemas gracias a sus enormes virtudes. Porque Cyberpunk 2077 no puede repetir esos problemas en lo técnico y en lo jugable, pero sí debe tomar esa maestría a la hora de estructurar la historia y permitir que el jugador interprete a su propio protagonista. Geralt de Rivia es un personaje definido, ya existente en las novelas y en los juegos anteriores, pero el estudio sabe jugar con elementos propios de su personalidad para que sean creíbles todas y cada una de las decisiones que el jugador puede tomar por él. Quizás responda de forma fría e incluso violenta en algunas situaciones o puede que su lado más humano aflore, proporcionando variedad y vida a la enorme cantidad de historias que nos asaltan en su mundo abierto.
Cyberpunk 2077 toma con ventaje esta característica al presentar un protagonista que moldear desde cero, abriendo y multiplicando las opciones de acción. Algo que videojuegos como Disco Elysium hacen muy bien es permitir que el jugador cree y moldee a su personaje, llevando el rol hasta las máximas consecuencias. Eso es algo que me encantaría ver en la nueva obra de CD Projetk RED, tomando esos elementos que funcionan de maravilla en The Witcher 3 pero explotándolos gracias a la naturaleza del personaje protagonista, que no debe tener ataduras.
Sin abandonar todavía la toma de decisiones y las historias, otro elemento fabuloso de The Witcher 3 que debería seguir presente en Cyberpunk 2077 son las variaciones verdaderamente palpables en las historias principales y secundarias debido a nuestras acciones. Cada pequeño relato del juego del Brujo puede interpretarse y abordarse de diferentes maneras, determinando por nuestras acciones y decisiones cómo finalizan. Es genial comprobar cómo el resto de personajes reaccionan a tus decisiones, dialogando, respondiendo con violencia o de forma pacífica, y cómo ello implica que la historia termine virando en diferentes direcciones. Debe volver a estar presente que cada nueva conversación y cada nueva misión secundaria sea una puerta a una nueva vivencia interesante que no sabes hacia dónde va a conducirte.
La representación del mundo es otros de los grandes atractivos de The Witcher 3 que espero que esté presente en Cyberpunk 2077. Aunque la interacción en términos jugables del protagonista dentro del mundo es muy mejorable, no lo es su representación artística e histórica. Tomando como base un universo ya creado, es capaz de situar al jugador entre multitud de pueblos, habitantes de diferente índole y clases, guerras, conflictos... Que Geralt camine por sus caminos y calles se deja notar, tanto en él como en los demás, convirtiendo la estancia en su mundo en algo realista cuando estamos dialogando y no cuando lo estamos controlando. Eso es una asignatura complicada para la nueva obra de CD Projekt RED aunque tampoco parta de cero en su representación, pero confío en que volvamos a situarnos en un universo que se sienta vivo y por el que merezca la pena cada una de las conversaciones y acciones vividas en todos sus rincones.
Lo más complicado de Cyberpunk 2077 es conseguir calar de una forma tan importante como The Witcher 3, que vino apoyado de un mundo y unos personajes ya definidos y representados en miles de páginas de sus libros. Ya no se trata de un adaptación sino de un mundo al completo, con todo lo que ello implica. Pero es ahí donde el estudio debe tomar los buenos elementos del juego del Brujo y potenciarlos gracias a la mabiobrabilidad que permite una creación propia, que puede cambiarse al gusto, con un personaje protagonista que debe plantaerse con más libertad de acción y decisión y con un mundo que debería adaptarse como un guante a las necesidades del videojuego en todos sus ámbitos, asignatura pendiente. Ahí será, en la maestría del estudio, donde la obra conseguirá mejorar o no lo visto hace ya cinco años.
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