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La industria, el videojuego y las mentiras impunes al usuario

Sexo, mentiras y blu-rays de videojuegos
Por Rafa del Río

La industria, las mentiras y la publicidad parecen ir de la mano desde que el mundo es mundo, pero mientras en publicidad la cosa se mide cada vez más tratando de evitar casos flagrantes que llegan a rozar la estafa -y a veces la superan de largo-, parece que en el mundo de las promociones todo está permitido, en especial lo referente a las malas mañas y a las promesas vacías de lo que nunca llegará. 

 

De millones y años

Escribo esto por la noticia del lunes en la que un Erik Osborne sonriente y dicharachero aprovechaba su trabajo como directivo de marketing y comunidades en Bungie para desmentir algunas de las cosas en las que en su momento se apoyaron tanto Bungie como Activision para lograr liquidar existencias de Destiny antes de su fecha de lanzamiento. 

 

Sin duda todos recordáis la famosa historia de los 500 millones de presupuesto que Bobby Kotick apuntó, como quien no quiere la cosa, al desarrollo de Destiny. 500 millones que le supuso una cifra récord y la portada de las publicaciones del momento, tanto especializados como generalistas, que se aseguraron de que Destiny se convirtiera en El Juego durante los meses que distaron hasta su lanzamiento, momento en el que, de pronto, todo fue desmentido. 

 

Se habló de 500 millones entre desarrollo y promoción, y finalmente se habló de 500 millones entre desarrollo y promoción... de un proyecto a diez años del que éste era su primer plazo. 

 

 

El juego de toda una década. 

Y así, los 500 millones quedaron relegados al olvido y la compañía empezó a habrlar de sus 10 años: Se habló de Destiny como un gran monstruo mediático sin precedentes hasta la fecha que ocuparía tres juegos con varias actualizaciones gratuitas y dos grandes expansiones cada uno. Se habló de una historia tremenda de una ambición novedosa, y de un lanzamiento que sería casi, casi, como el pisotón en la luna del bueno de Armstrong -el de la trompeta no, el Neil-. Un momento en el que todos diríamos'yo estuve allí' y mostraríamos emocionados la carátula de nuestro destiny original, el primero, en el que empezó todo...

 

Pero no ha hecho falta que pasen diez años, ya que en apenas un año ya se ha demostrado que nada de esto era verdad. Dos pequeños DLCs y una 'gran expansión' que requiere un desembolso importante y la instalación de las anteriores actualizaciones, no son más que el pistoletazo de salida a un plan de diez años que ahora resulta que, según Erik Osborne, no es tal, nunca fue tal, y pensar que alguna vez fue tal 'sería cómico'. 

 

Kotick, mientras, a lo suyo

 

Mentir y salir impunes

Decía al principio que hay unas leyes que rigen los datos de la publicidad de un producto. Lamentablemente, llevado esto al terreno de la promoción, de las declaraciones y las verdades a medias, la cosa pierde fuelle. Ahora resulta que Destiny será lo que le de la gana ser, pasándose por el forro todo lo prometido anteriormente, y ahí queda una promoción basada en mentiras que los situó en portada de todos los medios de publicidad. 

 

Tenemos una afición en la que la mentira está a la orden del día, y es una pena que no haya forma de hacer entender a las empresas que esa forma de hacer las cosas no es la correcta, que debería ser pan para hoy y hambre para mañana. Podéis llamarlo downgrade gráfico, podéis llamarlo Kinect, podéis llamarlo Driveclub o Assassin's Creed. El caso es que las cosas, cuando no son como se prometieron, duele. Si encima la verdad nos la echan a la cara permitiéndose una sonrisa y un guiño como el de Osborne, llamando cómico a lo que se prometía un plan de marketing propio y diciendo que él no sabe nada de 500 millones, la cosa además pica y te entran ganas de mentarle la madre a más de uno y más de dos.

Porque nos están llamando gilipollas. 

 

¡Nos leemos!


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