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La IGDA, filtros y GamerGate

Silenciar a los que se oponen no es la solución
Por Dayo

Este texto no es el texto que iba a ser en un principio. Lo habitual es que la revisión altere cualquier artículo antes de subirse y así pulirlo, de ahí su utilidad, pero me he pasado horas en blanco preguntándome cómo debería afrontar este hecho y qué lecciones se podrían sacar de él. La International Game Developers Association (IGDA) estrenó hace cinco días una página destinada a ayudar a aquellos que estuviesen sufriendo acoso, una iniciativa noble al mismo tiempo que inquietante por las sombrías implicaciones de que algo semejante tenga que existir. Entre sus enlaces se encontraba GGAutoBlocker, un programa destinado a bloquear a cualquier seguidor de GamerGate que pudiera molestar o acosar a los desarrolladores. Los resultados son los que cabría esperar.

 

Su autora, Randi Harper, explica así su funcionamiento: “Toma una lista de los supuestos líderes de [GamerGate] y mira a su lista de seguidores. Genera una lista de borregos siguiendo más de una cuenta, además de una lista de tus seguidores que pueda ser cuestionable”. El programa trata a todo el mundo por igual. “No puntúa a los usuarios. No se fija en la bios, no mira hashtags”, explica Harper. Según un post en los blogs de Destructoid estos “supuestos líderes” son Mike Cernovich, Slade Villena (aka. RogueStar), Milo Yiannopoulos, @CHOBITCOIN, @TheRalphRetort, @_icze4r y @RealVivianJames, a lo cual quedan fuera figuras visibles como pueden ser Oliver Campbell (aunque figura dentro de la lista) o Christina Hoff Sommers, la based mom del movimiento y antítesis de Anita Sarkeesian. GGAutoBlocker tilda al conjunto bloqueado de “problema”, describe a cada persona de la lista como un “idiota” y salta a la conclusión de que, si un “idiota” te sigue, es un “acosador”. En el momento de escritura de este texto la lista contiene 15.545 nombres, entre ellos Daniel Vavra, cuyo mayor crimen es poner prostitutas en Mafia 2 y escribir tuits ácidos sobre la situación de GamerGate (movimiento que apoya abiertamente) o Roberto Rosario, miembro de IGDA Puerto Rico que, ha declarado, resignará mañana si no se le borra de la lista. La IGDA ha eliminado GGAutoBlocker de su página de ayuda pero su existencia, especialmente dentro de una asociación tan prestigiosa como esta, habla mucho sobre hasta qué punto hemos llegado en términos de discurso, debate y, sobre todo, desprecio mutuo.

 

La primera palabra que se me pasó por la cabeza al conocer esta lista fue la más brusca y típica: “censura”. Sin embargo, igual que en tantos otros casos este vocablo se ha visto deformado y no, no es censura porque GGAutoBlocker no altera lo dicho para adaptarlo a su propio discurso ni nada similar. Esta herramienta es un filtro, que quizá sea lo peor a lo que se pueda recurrir ante una situación como GamerGate. Como dijo Radiohead, esta polémica era “un accidente esperando a ocurrir” y, por desgracia, no parece que vaya a irse a ninguna parte o, al menos, no pronto. Es la cristalización de esas inseguridades, desconfianzas y ascos del público hacia la prensa, de la prensa hacia su público. Internet es una máquina del odio y todo ahí suena más duro, más venenoso. No me extraña que los implicados en esta polémica quieran taparse los oídos y simplemente relajarse; hoy mismo, en base a una breve discusión que he tenido con mi estimado compañero Bruno Louviers, he acabado viendo una desagradable pelea en el barro que me ha tentado por primera vez a bloquear a alguien, aunque sólo fuera por tener un poco de silencio. Por supuesto esto no es nada comparado con lo que Ben Kuchera, Chris Plante, Leigh Alexander, Zoe Quinn, John Bain aka. TotalBiscuit, Stephen Williams aka. Boogie2988 o tantísimos otros hayan tenido que soportar, lo cual me hace comprender aún más su predisposición a bloquear como si de un facsímil de Hideki Kamiya se tratare.

 

Y, sin embargo, no creo que sea beneficioso.

 

¿Por qué escribo este artículo? La IGDA ha retirado GGAutoBlocker de su página pero su autora, Randi Harper, asegura que tiene una horda de tuiteros acosándola por haberla ideado. Aquellos que acosan o insultan a Harper, a Totilo, a cualquiera ya esté a favor o en contra de GamerGate, lo único que consiguen es empeorar esta situación, abrir más esta brecha que no debería estar ahí ¿Y por qué todo en internet tiene que sonar tan agresivo? Me gusta pensar que soy una persona calmada y amable, pero revisando mis escritos tanto aquí como en las redes sociales puedo llegar a parecer un monstruo frío e incomprensivo. Phil Fish citaba a Bender cuando decía que Marcus Beer comparase su vida con la suya y luego se suicidara, pero nos lo tomamos en serio. Nos lo tomamos todo en serio.

 

Una lista de bloqueo que tilda a sus miembros de “idiotas” o “borregos” por seguir a determinada gente no es un modo de terminar una guerra que empezó con odio. GamerGate no terminará con insultos, diciendo que son todos unos frikis y merecen todo el bullying que padezcan; no terminará diciendo que los gamers han muerto y no terminará silenciando sus voces con una lista. De hecho lo único que hace eso es dar más munición. Mantengo lo dicho, GamerGate debe acabar, pero Roberto Rosario de pronto parece haber saltado al carro porque aún sigue en esa lista que le tildan a él y a otras 15.544 personas de acosadores. Ashley Ross, una desarrolladora independiente, ha escrito un post en Reddit donde explica que, al manifestarse parcialmente en contra de la lista, ha perdido varios amigos y contactos en la industria y que su carrera quizá nunca se recupere. No es la primera ni la última historia del estilo que descubro.

 

Apoyo lo que motiva a GamerGate, pero detesto el resultado. Odio el odio que ha causado y me apena ver a gente cabal, con talento y perspectiva cerrarse en banda por generalizar y negarse a escuchar a aquellos que no pertenecen al grupo que ellos apoyan. Pero he aprendido en este proceso; he sacado algo de entre el fango o, al menos, eso espero. No es agradable y no coincido con muchas de las ideas que veo, pero incluso casos como el de Chris Plante hablando de Sombras de Mordor: La Tierra Media como si fuera Redacted me han aportado aunque sea un poco. He visto vídeos y leído textos sobre gente desde el bando de GamerGate que me han hecho ver lo que es enfrentarse a una situación en la que la baraja está en tu contra; comprendo cómo, en palabras de Nacho Vegas, “siempre hay dos bandos” y que ambos suelen tener algo razonable que decir. Tanto los que apoyan como los que se oponen a GamerGate hablan sobre comprensión, abrir el debate, pero en el proceso sólo se cierran más en sus pequeñas cajas donde todo el mundo coincide. GGAutoBlocker no es sólo una lista de bloqueo sino también un candado para asegurarse de que esa caja nunca se abra y las opiniones comunes ruenen al unísono cuan banda sonora para miles de personas asintiendo respetuosamente.

 

Tampoco me malinterpretéis; no estoy diciendo que sea el maestro zen que todo lo ve y todo lo sabe. Repito que me he pasado horas en blanco sin saber cómo escribir este artículo e, incluso mientras escribo estas líneas, me pregunto si estoy haciendo lo correcto. Quiero que GamerGate termine. Es un avión en llamas, lo dije y lo mantengo. Pero no terminará silenciando a la gente. Sonará ñoño e infantil, pero esto sólo se solucionará con la comprensión, retomando el discurso que nunca debería haberse perdido entre informadores e informados, creadores y consumidores.


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