La Dontnod de Life is Strange que no percibo en Life is Strange 2 ni en Tell Me Why

Todavía no he conseguido encontrar a la misma Dontnod que supo conquistarme con el primer Life is Strange. Esa fineza en la escritura, esa construcción de personajes y la importancia plena en la relación de Max y Chloe sin ninguna intención de más consiguieron generar una obra muy emocional, intensa y que merecía descubrirse. Esas mismas sensaciones no las pude encontrar en Life is Strange 2 ni tampoco las estoy percibiendo en Tell Me Why, obras que se apoyan demasiado en elementos externos a las relaciones de los dos protagonistas. 

 

Aunque conectar o no con estas aventuras es algo muy personal, creo que la Dontnod del primer Life is Strange funciona mucho mejor que la que hemos descubierto en obras posteriores por la conjunción de factores y por la inolvidable química entre sus dos protagonistas. En esta primera obra la historia funcionaba mucho mejor, el interesante enigma sobre la desaparición de Rachel Amber enganchaba, los problemas generales de los adolescentes se planteaban bien en cada episodio y los poderes temporales casaban de forma perfecta con el sistema de juego. Sin embargo, la razón principal por la que merecía la pena perderse en sus escenarios, sentarse en un banco a mirar el paisaje o pasear, eran siempre Max y Chloe. Recuerdo con mucho cariño sus escenas juntas, como la de la piscina, la visita a la habitación de Chloe o el regreso al pasado de uno de los episodios. Es un juego sobre las dos chicas y el resto es secundario. 

 

 

Esto no ocurre en Life is Strange 2, donde el protagonismo absoluto parece radicar en el mensaje externo que se quiere transmitir. Es fantástico que obras de estudios reconocidos se posicionen en temas como el racismo, pero termina siendo el motor de la máquina que debería dar más relevancia a los puros sentimientos, a las relaciones y a la vida adolescente. El primer Life is Strange también pone en el punto de mira varios conflictos políticos y sociales, pero lo hace en la distancia, sin posicionarse y esperando a que el jugador sea quien sepa comprender. Con elegancia. Al final, los hermanos Sean y Daniel parecen la excusa y no la razón principal por la que jugar. Tampoco funciona alejar la aventura de la cotidianidad y embarcarse en un viaje obligado, cuando otro de los grandes placeres del primer juego era perderse por esos escenarios mundanos. 

 

Tell Me Why va corrigiendo la deriva que toma en el primer episodio, que también se parece más a Life is Strange 2 que al primer Life is Strange por su focalización en un problema social y político. La condición transgénero de Tyler parece ser la protagonista de una historia que deja en un punto secundario la relación de los hermanos. Esto va perdiendo importancia a lo largo del segundo episodio, pero cede el testigo a su historia y no a la relación entre ambos: tratar de descubrir el enigma que rodea al pasado es lo importante. De nuevo, lo que en el primer Life is Strange resultaba casi secundario y un motivo por el que apremiar los momentos de calma de Max y Chloe aquí son el núcleo de la experiencia. 

 

 

Pienso que Dontnod sigue sin saber generar otra relación que funcione tan bien como la de Max y Chloe, donde el resto de piezas convergen a su alrededor en diversas distancias. Life is Strange es fantástico porque los pequeños momentos de paz, las conversaciones y los diálogos entre las dos amigas lo son todo. Seguir avanzando en la historia y en el resto de sucesos parecen una obligación de la que no te quieres ocupar: tu mente solo piensa en Max y Chloe, en volver a pasar esos buenos momentos y en dejarte llevar cuando están juntas. Tampoco se posicionaba de forma evidente en aspectos políticos y sociales, dejando píldoras y pensamientos, pero con la finura necesaria para que fuera el jugador quien sacara conclusiones. Curiosamente, el único juego posterior que consiguió asemejar esas mismas condiciones fue Life is Strange: Before the Storm, que desarrolló Deck Nine y no este estudio. Ojalá podamos ver a esta Dontnod en el próximo Twin Mirror, porque yo la echo mucho de menos. 

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