¿Hay espacio para nuevas consolas en 2019 lejos de Nintendo, Microsoft y Sony?
Mientras seguimos asistiendo al goteo, por no decir sequía, de noticias de los primeros días de 2019, un año que que estará protagonizado por el secretismo, nos van llegando algunos titulares que intentan aprovechar esta situación. Ahora que las propietarias de las grandes consolas callan, los más pequeños aprovechan para hablar: el estudio tras Project Cars ha decidido anunciar el desarrollo de una nueva consola de alto rendimiento que, a juzgar por lo dicho, estaría en la posición de competir con Xbox One X a nivel técnico.
Ian Bell, CEO de Slightly Mad Studios, confirma que el nuevo hardware «será compatible con la mayoría de gafas de realidad virtual actuales y próximas, siendo el equivalente de un PC de alta gama de ahora a dos años vista». Desde luego, el nombre del estudio les viene más al dedo que nunca. ¿Verdaderamente hay espacio para una cuarta consola de sobremesa en 2019? ¿Hay más pastel que repartir? Está por ver, pero sí creo que el anuncio de una nueva máquina debe realizarse ahora o nunca.
Observemos el panorama. Ya corren los primeros rumores sobre el ecosistema que Microsoft impondrá en la nueva generación, Nintendo ha confirmado una revisión de Switch para este año y Sony, por último, ha entrado en hibernación y no saldrá de su madriguera hasta el anuncio de PS5. Despediremos este año con un escenario muy distinto al actual en cada casa, y si hay un hueco para desmarcarse con algo distinto está en 2019. De hecho, la Mad Box -así se llamará la consola- no será la única en esta osada travesía, estará acompañada por una portátil española: la Smach Z.
El timing es bueno, pero la oferta quizás no tanto. Ambas apuestas apelan a consumidores con altos estándares de calidad, a una demanda minoritaria, y lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en eso son las Steam Machines y NVIDIA Shield; dos sistemas con ventas mediocres que, uno, no se han centrado en el gran público, y dos, no han ofrecido unos precios verdaderamente atractivos. Los antecedentes no acompañan. Tanto Mad Box como Smach Z podrían quedarse en poco más que juguetes caros, y sería una pena visto el evidente cambio generacional que se avecina. Leñes, si hasta parece que Nintendo 3DS está dispuesta a despedirse de una vez por todas.
Llegaremos a las próximas navidades empachados de datos técnicos, análisis de rendimiento y tablas comparativas. Será un año duro. Por otro lado, también será interesante ver cómo Sony, Microsoft y Nintendo definen sendas tan distintas como atractivas. Si no tuviese ninguna de sus tres máquinas, hoy me costaría decidir con cuál quedarme. Y con respecto al debate de contemplar una distinta, sigo sin ver algo que me llame la atención, pero es evidente que hay empresas dispuestas a cambiar esa realidad. Veremos si ocurre.
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