GTA y la influencia de Quentin Tarantino en Rockstar Games
Rockstar Games tiene un estilo muy característico a la hora de hacer videojuegos, único y diferenciador. Es lo que ocurre con las obras de autor, capaces de ser distinguidas si estás acostumbrado a su forma de trabajar. En mi regreso a GTA V me he dado cuenta de la enorme inspiración e influencia que tiene el cineasta Quentin Tarantino en los videojuegos de esta compañía, con una manera similar de plantear personajes, diálogos y situaciones e incluso no escondiendo muchas de estas referencias.
El cine de Tarantino es fácilmente reconocible, a pesar de que sus películas se diferencian mucho entre ellas. Un tratamiento muy especial de la representación de los personajes, de la dirección de las escenas y, sobre todo, de sus diálogos. El director, productor y guionista no tiene problemas con plantear conversaciones políticamente incorrectas e intrascendentales para la trama, pero que a pesar de ello sirven de excusa para plantar el tono y la personalidad de sus personajes. La primera escena de Reservoir Dogs es uno de los mejores ejemplos: todos los personajes que participan en la trama unidos, desayunando, hablando de una canción de Madonna y discutiendo sobre la propina. Y funciona a la perfección.
Junto a esto hay otros elementos que hacen del cine de Tarantino una especie única: el tratamiento de la violencia y su exageración en diferentes términos, presente en la totalidad de sus películas. Con estos tres elementos, diálogos, tono y tratamiento de la violencia, es donde encontramos multitud de coincidencias con los videojuegos de Rockstar Games, sobre todo en la saga Grand Theft Auto. Los juegos de esta franquicia ofrecen un tono propio, pero muy inspirado en las obras de este autor, con un tratamiento políticamente incorrecto de los problemas de la sociedad, sin reparos en mostrar a personajes estereotipados (que a su vez sirven como crítica o sátira) y la representación de situaciones o acciones que muchos otros creadores tendrían muchos reparos en incluir. Son polémicos, ambos lo saben, pero lo utilizan de forma óptima dentro de sus terrenos: cine y videojuegos.
Rockstar nunca ha escondido su predilección por las obras de Quentin Tarantino dentro de sus videojuegos, añadiendo guiños o referencias directas. Incluso el actor Michael Madsen (uno de los ojitos derechos del cineasta) dobló al personaje Toni Cipriani de GTA III en su momento. En GTA V es imposible no encontrar una inspiración evidente en la escena de tortura que protagoniza Trevor con la que también protagoniza el actor estadounidense en la cinta Reservoir Dogs. Las dos obras tratan un tema complicado, escabroso e incluso tabú, como es la tortura, con seriedad pero a su vez con humor y sátira. Y es sólo uno de muchos posibles ejemplos. Ese tono perenne en las obras de estos creadores que tan fácil se reconoce.
Es bueno que los videojuegos se fijen en el cine o en cualquier otro medio de expresión para tomar ideas. Que Rockstar sienta una especial inspiración en el trabajo de Tarantino no significa que lo copie, puesto que lo trasladan al videojuego con su propio lenguaje y sus elementos personales y particulares. No es una simple copia, ni mucho menos, y ciertos aspectos también podrían ser aprendidos en el sentido contrario, con el director aprendiendo del juego. Y me encanta que dos productos de presupuesto enorme, con proyección masiva, como una película de Tarantino o un videojuego de Rockstar Games, sepan mantener en su esencia el sello de autor.
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