Ghosts y el futuro generacional de Call of Duty

Ayer se presentó en territorio americano a todo el mundo el nuevo multijugador de Call of Duty Ghosts, la esperada nueva entrega de Infinity Ward a los mandos de la franquicia que la ha convertido en leyenda. Más allá de que te guste la franquicia o no debemos comprender una cosa: hablamos de millones de unidades vendidas cada año con cada juego lanzado anualmente, y si esos jugadores disfrutan de su lanzamiento, algo tendrá. Levanta pasiones, todo el mundo disfruta de ellos y a esos jugadores se la trae al pairo lo que opine gente que parece no haberlo tocado jamás.

Dicho eso, toca repasar lo mostrado ayer en tierras angelinas y reflexionar sobre cuánto y qué necesitará Activision y el binomio Infinity Ward – Treyarch para repetir el éxito cosechado en la presente generación con sus juegos y observar que, en realidad, no ha tenido prácticamente competencia a lo largo del tiempo. Eso no ocurrirá en la nueva generación con elementos como Titanfall, Destiny o Battlefield 4, que sobre el papel, al menos técnico, tiene dos o tres cosas que contarle a la obra americana.

En esencia, lo que tenemos con Ghosts garantiza que será jugado por una cantidad de jugadores en todo el mundo sencillamente abismal, y eso, con el hambre que se pasa en los primeros lances de generación es una bendición, ¿pero queremos jugar bajo las normas que nos han amparado desde los albores de la presente generación? Es evidente que entre Duty y Duty hay suficientes cambios que no se entienden a simple vista sin jugarlos, ¿pero qué nos lleva a seguir confiando en la franquicia en la nueva generación más allá del nombre?

De hecho, Ghosts no es divertido: es divertidísimo, pero parece que los grilletes de ir parapetando un juego de la pasada generación es un auténtico problema, al menos para el primer capítulo next gen. Queda probado que muchos títulos que sobrevivirán entre plataformas han resultado un tanto decepcionantes en cuanto a gráficos en One y PlayStation 4, y creo que puedo afirmar que la nueva entrega de Infinity Ward ha ingresado en ese club, al que por cierto, no pertenece Battlefield 4, su más inmediata competencia a día de hoy, al menos en el territorio del shooter bélico.

Estoy convencido que lo que pienso lo tienen en cuenta en las oficinas de desarrollo de toda la franquicia, y que deben estar poniéndose manos a la obra con lo que vendría a ser el Call of Duty de próxima generación de verdad más allá de lo visto con Ghosts. Los cimientos ya están puesto, pero sin desembarazarse del motor gráfico y sin apostar por nueva potencia, me temo que la franquicia no dará para mucho más, y si alguna de la competencia (o la propia Activision toca el cielo con el Destiny de Bungie) muchos no tendrán motivos para volver a pegar tiros en la serie americana.

Ahora todos comienzan de cero, y el contador comienza a sumar puntos desde el primer día. ¿Qué diremos dentro de cinco o seis años al respecto? ¿Por quién apostáis vosotros? Veremos con qué nos sorprenden en la Gamescom de la próxima semana en Colonia.