Fobia a la nueva generación
Debemos aceptar una circunstancia que solemos olvidar: el jugador de la calle no parece muy convencido a dar el salto a la nueva generación. Aunque la batalla entre Sony y Microsoft en el E3 dejase algún que otro herido y un victorioso caminando sobre el charco de sangre del rival, una vez acabados los fuegos de artificio muchos se andan planteando qué hacer realmente ante un lanzamiento cada vez más cercano y que supone una inversión bastante grande para los ahogados bolsillos de los jugadores.
No hace falta ir a una feria de dudosa organización para encontrarte con oyentes de Arcadia, Club Vintage y MG Podcast que te garantizan, muchas veces, el miedo a ser uno de los primeros compradores y a la indecisión que supone lanzarse a un nuevo mercado teniendo tanto por disfrutar en las máquinas de nueva generación, siendo esas dos unas de las más repetidas a lo largo de los últimos días y las muchas veces que ha salido la conversación sobre PlayStation 4 y Xbox One en los corrillos que se hicieron en Málaga el fin de semana pasado.
¿Qué pasa? Quizás sea pronto todavía para pensar en regenerar nuestras máquinas por nueva potencia y savia en nuestro comedor, pero eso no quita que sobre el papel parezca la generación con menos cambios de la historia, y es obvio que eso asuste a los jugadores que esperan con sus dólares y euros en la mano una revolución a la altura de la inversión. Lo que hemos visto es estupendo, pero no tenemos esa sensación de pensar que lo que vamos a jugar en los comienzos de One y 4 esté tan excesivamente alejado de lo que podríamos jugar en 360 y 3, y eso sin meter al ordenador, claro.
Teniendo Titanfall o Destiny en la generación actual cuesta imaginar cuán grande será el cambio en las consolas de nueva generación, y no da la sensación, al menos de momento, que las diferencias que puedan existir vayan a ser tan grandes como para hacernos dar el salto a nuevos trastos que nos obliguen a hacer hueco en la mesa para dos nuevos familiares. Ni siquiera los exclusivos parecen convencer en exceso todavía, y aunque sabemos que las dos empresas se están guardando cartas en el bolsillo, no quita que va siendo hora de mostrar nuevos elementos.
La Gamescom debe ser una de las citas clave, pero esos elementos jugables y esa potencia que no parece justificar la adquisición de las máquinas. Precisamente por eso tendrán que enseñar nuevos elementos alejado del gráfico para soprendernos y hacernos caer. El hecho de la multiplataformidad entre generaciones no ayuda a confirmar y hacernos ir a una u otra, pero seguro que está en los planes de las dos compañías el soltar el gancho pronto. Mientras tanto, los de siempre, sí que nos haremos con las dos máquinas al comienzo: es lo que tiene tener prisa por poner las manos en otros mandos.
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