Evercade, una atractiva propuesta de juego retro portátil ideal para el coleccionista
He estado probando durante este fin de semana la consola portátil de emulación retro Evercade. A diferencia de otras, lo que ofrece este sistema es una experiencia en la que no solo es importante jugar al juego, también tener el cartucho, meterlo, coleccionar sus cajas y poseer (y oler) los manuales.
Evercade cuesta 69,99€ y cada uno de sus cartuchos 17,99€. Hemos podido probar Namco Museum Collection I. Traía 11 juegos clásicos del sistema de los que destacamos Mappy, Galaxian, el mítico Xevious y el aún más legendario Pac-Man. Tras varias horas jugando y experimentado este sistema tengo que reconocer que la idea es estupenda. Me gusta poder disfrutar de juegos retros licenciados. El estuche en el que vienen los cartuchos es sólido y resistente, y el manual de instrucciones está bien ilustrado.
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— Adrián Suárez (@Nuevebits) June 28, 2020
Evercade apuesta por el coleccionismo, por hacerte con todos sus estuches para disfrutar de estos títulos. El problema a esta buena propuesta es la escasez de juegos y la falta de consistencia en su elección. ¿Solo 11 juegos? ¿Por qué no 20 y por qué solo estos? Ya puestos a celebrar compilaciones retro, habría sido fabuloso que cada pack fuera una celebración de algo: plataformas, juegos de nave, Pac-Man y sus herederos… Sin embargo, sucede como con las consolas mini: es un volcado de juegos sin mayor intención que recopilar unos cuantos.
Por otra parte, la inserción del cartucho en Evercade no da ‘gustito’, no encaja bien. El espacio en el que lo insertas es demasiado ajustado, lo que obliga a apretar y deslizar en lugar de ofrecer un proceso más cercano al de una Game Boy con sus ‘clac-clac’. Eso sí, con esto se logra que el cartucho quede perfectamente integrado en la máquina sin destacar.
La sensación al jugar es agradable. Los botones y la cruceta es grande y responde bien. Tiene un diseño retro muy agradable, pero no funciona tan bien con los botones L y R, que se resisten a ser pulsados bien y no están en una posición muy cómodos; quizás son demasiado finos. Podemos también jugar usando el cable HDMI con el televisor, pero se hace algo engorroso y tampoco parece que sea la mejor forma de disfrutar de esta experiencia.
La resolución de la pantalla y su tamaño es solvente. Las sensaciones recuerdan a jugar a una PSP. Tenemos opción de guardar la partida en cualquier momento para recuperarla cuando queramos, lo que es cómodo, y el cambio de juego a juego también es agradable. El problema es cambiar entre cartuchos puesto que están muy apretados y duros.
Evercade acierta en el diseño de su máquina y en la idea de coleccionar cartuchos y estuches. De hecho, lo mejor es eso: lo bonita que es y lo bien que están presentados sus juegos. El problema es el que os imaginaréis: no saber la continuidad que tendrá este aparato. Es decir, si ahora me asegurarán que Square va a sacar un pack con 12 JRPG clásicos o que Enix va a lanzar una compilación de sus Dragon Quest de siempre con su estuche y su manual, estaría encantado con la consola.
Sin embargo, por ahora tenemos clásicos de Atari, Interplay y Namco, Data East, Pico o Mega Cat más revueltos de lo que me gustaría. A día de hoy, Evercade me parece una máquina interesante para seguirle la pista; bonita y con buenos estuches, pero necesita confirmar su continuidad y catálogo para invertir en ella esos casi setenta euros iniciales. El hardware me gusta, pero solo cuatro horas de autonomía para su batería y esa inserción de juegos tan poco ‘gustosa’ le quitan puntos. A día de hoy resulta una difícil elección.
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