Érase una vez, hace 27 años...

Algunos de nosotros no habíamos nacido, pero gracias al retraso que suponía el viaje de un producto desde Japón a Europa, pudimos vivir la cuarta generación de consolas en todo su esplendor. El 29 de octubre de 1988 (364 días después de que Nippon Electric lanzara PC Engine) nació la que fue el inicio de muchos de nosotros en todo el universo del videojuego, la que mejores recuerdos nos ha dejado a más de una generación y, para mí, la consola más querida: Sega Mega Drive.

 

Aunque a Europa llegó en noviembre de 1990 (por lo que este año nos toca celebrar su 25º aniversario), no podemos dejar pasar de largo su verdadera fecha de nacimiento. La era de los 16 bits vio triunfar a Sega Master System en Europa y en América del Sur, pero la consola no consiguió superar a Nintendo ni en Japón ni en Norteamérica. Era el momento de que Sega sorprendiera a todos los mercados con una consola superior.

 

Mega Drive ha sido la infancia o la adolescencia de muchos. Creo que cada vez que oigo hablar de Sega, lo primero que pienso es en esta consola y en su inolvidable catálogo. Llevando como buque insignia a Sonic the Hedgehog, nada podía salir mal. Nada, salvo que a Sega se le ocurriera hacer con la consola algo que ya se estaba poniendo de moda por aquellos entonces: expansiones y accesorios. Así salió Sega 32X, cuyas ventas hundieron un poco a la empresa al no ser las esperadas.

 

Con alrededor de 40 millones de unidades vendidas, Mega Drive tuvo una posición privilegiada en la industria hasta la llegada de sus accesorios y de los llamativos títulos de Super Nintendo, que acabó superándola en casi 10 millones de unidades. Aún así, la de Sega se ha ganado un rincón en nuestros corazones, sobre todo debido a que Sega ya no es lo que una vez fue, mientras que Nintendo sigue cosechando éxitos.

 

En estos días, la mejor forma de recordar a esa gran consola es recordando y, cómo no, rejugando sus juegos (gracias, emuladores). Además de Sonic, se encuentran entre mis favoritos Alisia Dragoon (juego que podéis mencionar cuando la gente os diga que protagonistas femeninos existen desde hace poco), Comix Zone, Mega Bomberman, Samurai Shodown y, por supuestísimo, todos los Golden Axe.

 

Para mí, mencionar a Mega Drive es mencionar toda una vida, porque incluso cuando mi padre nos compró a mi hermano y a mí la primera PlayStation, seguíamos jugando a Mega Drive. Y cuando ya la pobre consola de Sega acabó guardada en un oscuro rincón de un armario aleatorio, seguíamos jugando a Mega Drive, aunque no estuviera. Tuve emulador de Mega Drive hasta para PSOne gracias a un amigo (gracias al cual, también, tuve casi todo el catálogo de la consola sin pagar ni un duro), y en cuanto tuve mi primer ordenador lo primero que hice fue ponerme el emulador.

 

Hay cosas que te van marcando a lo largo de la vida. Pequeños detalles, algunas vivencias, una canción... y los videojuegos también lo hacen. Pero si has sido un niño Sega, y no un niño Nintendo, lo que más recuerdos te traerá, por encima de todo, es esto:

 

 

Mega Drive siempre estará en nuestros corazones. Suena a que está muerta y enterrada, como aquel juego de E.T. El extraterrestre, pero ni mucho menos. ¡Vive en nuestros emuladores!  

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