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El mundo abierto de One Piece: World Seeker es de roca marina, y Luffy es débil a ella

Buenas ideas devoradas por un mundo mal pensado
Por Adrián Suárez Mouriño

No soy desarrollador ni diseñador, pero, en mi modesta opinión, creo que realizar buenos mundos abiertos es una de las cosas más difíciles que hacer en un videojuego. Para lograrlo, tienes que rellenar cada rincón de tareas interesantes, descubrimientos y rincones agradables que mirar. No se puede caer en la rutina, todo tiene que ser divertido y no pueden existir puntos muertos de ritmo.

 

Un mundo abierto también pone a prueba las habilidades del personaje: ¿funcionan bien en ese entorno tan libre? ¿Permiten disfrutarlo como el jugador quiere? Y qué decir de la narración, ¿están organizados los PNJ, los eventos, los pueblos y los cambios para que la historia se entregue bien? Pues bien, One Piece World Seeker hace todo esto de una forma muy regulera.

 

No se puede decir que el nuevo juego de Luffy y los suyos sea un juego malo, porque no lo es. Si te gusta mucho la serie, pasarás un rato suficientemente bueno con él. La trama ideada por su autor para este título es interesante, los modelados de los personajes están bien construidos, gráficamente es resultón y el mundo en sí no es malo. Hay combates, hay sigilo, hay exploración… Sobre el papel, todo lo que se le puede pedir a un título de mundo abierto y de One Piece está ahí, pero falla justo en lo más difícil: en ser un buen mundo abierto, en ordenarlo y en conectar bien todas sus partes. En ser divertido como debe ser la estructura elegida para ser videojuego.

 

 

El combate se acaba haciendo repetitivo (salvo contra los bosses, ahí todo bien), la IA falla, el manejo de Luffy no es tan interesante como se debería, las misiones no son del todo satisfactorias y se nota un diseño de mundo de juego abierto más cercano a los de hace 10 años que a los de ahora. Jugado en PC, no tiene un framerate estable y cuenta con demasiados momentos intermedios aburridos y poco divertidos. En muchas ocasiones, te costará llegar a la siguiente misión, resoplarás y tirarás del juego para llegar a ella.

 

Es una pena, sobre todo porque venimos de unos One Piece: Unlimited World Red que, sin ser para nada perfectos, funcionaban mejor como una aventura que este, porque estaba mejor planificado y ordenado. Unlimited World se libraba de las dificultades de un mundo abierto con más tramos lineales, más combates guiados y llevándote más de la mano; tenía muchos problemas, sí, pero no se hacía aburrido. Y es facilísimo que un mundo abierto resuelto tan solo de forma suficiente sea aburrido.

 

Porque eso es One Piece: World Seeker, un juego de Luffy con ambición, al que se le ven las ganas de hacer cosas, de contar algo guay, de plantear buenas situaciones, combate y exploración, pero que se queda en un juego meramente suficiente porque el mundo abierto es de roca marina, y Luffy es débil a ella.


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