El miedo al cambio de generación termina en una falta de ideas

Esta generación, por muchas alegrías que nos haya dado, estaba orquestada desde el principio. Por poco que uno fuera aficionado ya sabía que etapa de consolas iba a durar más de lo previsto, se había avisado por activa y por pasiva. Que la economía no está como para cambiar de cacharro cada cinco años. Pero, ¿qué economía? ¿La nuestra o la de ellos? Porque se nos ha presentado una generación para el jugador que no quiere gastar, el jugador que no va a hacer un desembolso en otra consola debido a la situación económica, mientras que eran los fabricantes quienes han querido estirar el chicle lo máximo posible. La primera pista de esto la encontramos en esa "generación de diez años" que auguraba Kutaragi en el lanzamiento de PlayStation 3.

¿Alguno de nosotros está de acuerdo con esto? Puede que mucha gente haya comprado su consola más tarde de los estándares habituales, pero haciendo un recorrido al catálogo tendría para jugar muchísimo tiempo, más aún si consideramos que el primer y hasta el segundo año del lanzamiento de una nueva consola comparte el catálogo con la anterior. Estamos en una industria tecnológica, donde Apple saca un iPad cada año y la gente lo compra, donde cada vez tenemos menos excusa para comprar un nuevo teléfono móvil salvo que, sencillamente, "lo queremos" y punto. ¿Por qué iba a ser diferente con las consolas? Son cinco o seis juegos por un avance tecnológico que esperamos y deseamos. Somos gente tecnológica. Nos gusta el progreso. Nos gusta el futuro. Invertimos en él.

La consecuencia de todo esto es una generación que pasará a la historia por muchos motivos. Los primeros juegos de Xbox 360 se antojan injugables hoy día comparados con lo que tenemos en la actualidad. Y la gente se acomoda en el sofá jugando a lo mismo de siempre. O, al menos, eso es lo que dice Ubisoft.

"Hemos dejado de tener una nueva consola cada cinco años", dijo Yves Guillemot, CEO de Ubisoft. "Hemos sido sancionados por la falta de nuevas consolas en el mercado. Entiendo que los fabricantes no lo quieran tan a menudo porque es caro, pero es importante para toda la industria que haya nuevas consolas, ya que ayudan a la creatividad".

Este es el punto. No es que el siglo XXI esté falto de originalidad. Esta generación ha dado buenos ejemplos de ella, pero el excesivo tiempo que se ha notado también ha dado para demasiados clones y, sobre todo, para guardarse las ideas hasta la generación que viene.

"Es mucho menos arriesgado para nosotros crear nuevas IPs y nuevos productos cuando estamos en el comienzo de una nueva generación. Nuestros clientes están abiertos a cosas nuevas que vuelvan a abrir sus mentes. Saben qué es lo mejor. […] "Al final de una generación, quieren cosas nuevas, pero comprar cosas nuevas, no tanto. Saben que sus amigos juegan a Call of Duty o Assassins Creed y van a por ello. Así que el final del ciclo es muy difícil".

Posiblemente no le falte razón. Cuando un estudio tiene una nueva idea, es una apuesta muy arriegada. Si la puedes apoyar con nueva tecnología y en un marco donde el jugador haya reseteado sus sagas, estará más receptivo a esa idea. Aun así, me alegra que Ubisoft no haga caso ni a sus propias palabras y decida lanzar nuevas licencias como Watch Dogs a finales de una generación, a sabiendas de que sería mejor esperar (aún hay que ver qué pasará, posiblemente Watch Dogs tenga versiones para las dos generaciones). De no ser así, posiblemente seguiríamos jugando a Call of Duty y Assassin's Creed porque es lo que nuestros amigos hacen.