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Echamos unas partidas a Super Dragon Ball Heroes: World Mission y nuestra opinión es que...

Viscoso pero sabroso
Por Adrián Suárez Mouriño

¿Dónde están los análisis de Super Dragon Ball Heroes: World Mission? Poco se ha hablando de él para ser un videojuego de esta licencia y haber aparecido en Nintendo Switch, ¿no os parece? Nosotros ya hemos podido jugarlo durante un rato y hemos podido comprender este silencio. El título no deja de ser un juego para móviles estilo gacha trasladado a una consola. Aquí lo que importa es el coleccionismo de cartas obtenidas de forma aleatoria, hacer un mazo y jugar con él.

 

La producción de Super Dragon Ball Heroes: World Mission es muy, muy pobre. A nivel de arte, modelados, sombras, texturas e incluso música, parece un videojuego malo de PS2. Controlamos a un muchacho que vive en un mundo en el que los personajes de Dragon Ball son considerados héroes, habiéndose hecho un juego de cartas inspirado en ellos. Los problemas empiezan a producirse cuando los villanos de la serie de Toriyama encuentran el modo de empezar a aparecer en la realidad de nuestro protagonista.

 

Cuenta con un modo historia muy sencillo en el que vamos avanzando por casillas y por un HUB. En principio, somos un novato en este juego de cartas tan popular. A medida que avanzamos, vamos consiguiendo nuevos naipes, se nos desgrana la historia y hacemos amigos. Es cierto que una vez superado lo tremendamente cutre que es el juego, Super Dragon Ball Heroes: World Mission se descubre como una experiencia agradable. Las reglas de juego son pobres, las dinámicas son tontas y repetitivas, pero el coleccionismo que desprende el juego y la preparación de tu baraja en función de lo que vas obteniendo funciona.

 

 

Podemos montar una baraja formada por siete cartas, que a su vez se corresponden con distintos personajes de todo Dragon Ball. Cada una tiene sus peculiaridades de fuerza y resistencia y una clase concreta. El juego va por turnos, teniendo que poner en juego una u otra o un conjunto de ellas en función de la situación, dejando descansar al resto. Esto activa combates que enfrenta tus cartas con las de tu rival. El objetivo es dejar a tu oponente a cero. Es una mezcla entre ajedrez cutrillo, batallas de cromos en los que comparar estadísticas, algo de Gwent… Lo más parecido es el coliseo de héroes de Dragon Ball Xenoverse 2.

 

La gracia es que aunque el aspecto del juego sea cutre, la historia que se nos cuenta para desarrollar la aventura sea una idiotez, tiene dos puntos positivos. El primero es que se ubica bien y con fuerza en la locura que ya de por sí es el propio Xenoverse, eso le otorga mucho desenfado, que a la postre se traduce en personalidad. Al juego le da tan igual todo que hace de eso su punto más fuerte. Lo segundo es que estamos coleccionando cartas de Dragon Ball, y a poco que seas fan, lo vas a disfrutar.

 

Ganar las batallas y preparar el mazo (no tanto jugar en sí las partidas) es francamente divertido y, al final, aunque sepas que el juego podría ser perfectamente un título de móviles, te lo pasas bien con él.

 

Seguiré jugando unas cuantas horas más para ver si el sistema de combate se hace más rico, la estrategia se vuelve más rica y si tiene sentido que no sea un título gratis. Por ahora, he de decir que es mejor de lo que me esperaba porque me lo estoy pasando bien con él, pero cuidado, es un título de cartas de gachas muy accesible, no un juego de lucha ni un juego de rol. En resumen, Super Dragon Ball Heroes: World Mission es más feo que el escroto de Babidi pero está simpático.


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