1. Mundogamers
  2. Noticias

Diez años de géneros estancados. ¿Ha tocado techo la originalidad?

El 16 de noviembre cumplirá una década
Por Bruno Louviers

El otro día, hablando de cómo la temática del Japón feudal había ido desapareciendo del mercado, estuve recordando grandes títulos de las primeras 32 bits y sus sucesoras, repasé los datos de un mercado que luchaba por establecerse e innovar a veces con escaso resultado, y llegué a una conclusión un poquito espeluznante: Llevamos -salvo escasas excepciones- alrededor de una década anclados en las mismas rutinas, mecánicas y géneros

 

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...

Bueno, no, la galaxia es la misma, pero me he levantado con el pie friki. El caso es que hace tiempo, cuando los videojuegos empezaron a llegar a España, los géneros estaban muy limitados por las capacidades técnicas de la época. No voy a enrollarme mucho: En los ochenta y noventa la carrera de la industria se basaba más en mejorar lo que hacía la competencia que en innovar y sólo de vez en cuando aparecía un producto nuevo que después era imitado hasta la saciedad: Shinobi, Zelda, After Burner, Sonic y Mario Bross, por mencionar unos poquísimos ejemplos, revolucionaron e hicieron avanzar el mercado.

 

Con la aparición de las 32 bits, la reñidísima competencia de las grandes compañías llevarían a la industria a tratar de innovar con cada nuevo juego que sacaban al mercado. Sega Saturn, Nintendo 64 y la primera Playstation, vivieron de primera mano el boum de la innovación con títulos estelares como Tomb Raider, Resident Evil o Mario 64. Se trataba de revolucionar y reinventar el concepto de juego, ofrecer experiencias distintas con los títulos que trataban de convertirse en clásicos, y así Metal Gear Solid, Final Fantasy VII, Devil May Cry, Tony Hawk, Tenchu o Bushido Blade dieron ese paso más allá que los usuarios echábamos de menos. No se trataba de ser los mejores, si no de innovar, y aunque algunos se quedaron en el intento, como ese extraño juego de la araña cuyo nombre no recuerdo, otros consiguieron su objetivo, como el fantástico Oddworld: Abe's Odisey

 

Ronin Blade (PSOne), una mezcla de Resident Evil, Onimusha y Bushido Blade

 

La aparición de Dreamcast dio un giro de tuerca con Chu-Chu Rocket, un Sonic Adventure que interactuaba con la VR -tarjeta de memoria con pantallita y botones-, Un Omikron Nomad Soul en el que Dave Cage se desató y, por supuesto, Shenmue, tan magistral que se consolidó en un producto más allá de todo lo establecido. Playstation 2, Xbox y Game Cube tomaron el relevo y trataron de subir el nivel de innovación, y la cosa se puso interesante. Por un lado llegaban los juegos diferentes que ofrecían experiencias raras y nuevas, como podía ser el caso de Mr. Moskito, Katamary Damacy, Beyond Good and Evil, State of Emergency, Fable o Manhunt. Por otro, nos traían productos japoneses como Densha de Go!, Shin Megami Tensei -Persona- o Dororo. Finalmente, evolucionaban las viejas mecánicas aportando elementos sorprendentes y nuevos, como ese resultado de sobresaliente de los chicos de Rockstar con Grand theft Auto 3, que se terminó convirtiendo en género sandbox por méritos propios.

 

Y así llegamos a la séptima generación, Xbox 360, Wii y Ps3, y vemos que la cosa ha ido quedándose cortita. Nintendo supo y ha sabido en la actualidad mantener el nivel de originalidad con todas esas locuras niponas de su catálogo, en especial al contar con gente como Miyamoto, Kawashima y Suda 51 en su equipo. Sin embargo, con muyn poquitas excepciones como Viva Piñata de 360 y Demon Soul de PS3, la cosa ha quedado un poco corta en cuanto a innovación. Sí, se siguen evolucionando los juegos, se consiguen joyas como los Elder Scrolls y Fallout, que ya tuvieron al abuelito Morrowind en la primera Xbox, y salen títulos indispensables con una calidad sobresaliente. 

 

Nier, un soplo de aire fresco en los JRPG

 

En la actualidad...

En la actualidad parece que todo eso de querer innovar para demostrar de lo qué es capaz tu consola se está quedando desfasado. Que sí, que el PlayRoom de PS4 es divertido, y el Titanfall de One es muy chulo, inFAMOUS Second Son de PS4 ha sabido ser original y atractivo con todo ese rollo del Paper Trail y los juegos son cada vez más largos, más bonitos, más impactates y mejores. Sin embargo la originalidad, ese pequeño atributo capaz de sorprendernos por entero más allá de unos simples añadidos a lo de siempre, empieza a brillar por su ausencia

 

Parece -ojalá me equivoque-, que las grandes compañías han terminado cediendo esa búsqueda de la originalidad a sus compañeros independientes, cuyos títulos no son tan super originales como nos venden. No me malinterpretéis, me encanta The Wolf Among Us y The Walking Dead, pero no dejan de ser aventuras gráficas con un bien elegido batiburrillo de mecánicas ya vistas. Hotline Miami es una mezcla de Mission: Impossible y los primeros GTA, sólo que con malos gráficos y peor control. Stanley Parable mola, pero parece una mezcla del Flashback con juegos como The Room y Suda 51 en sus días más flojos. Fez es un Rainbow Island ingenioso, y todo ese rollo del Octodad y el Goat Simulator... No puedo tomármelos en serio. El primero parece un lavado de cara de algún juego prototipo de Spectrum, y el segundo es una misión rompehuesos de Tony Hawk con una cabra de protagonista. 

 

Katamari Damacy, vueltas y vueltas...

 

¿Hemos tocado techo?

Indudablemente no, aun queda mucho por inventar, y quizá esté siendo demasiado radical, no está la cosa tan mal como la pinto. Sin embargo... Ojalá las desarrolladoras, sean AAA o independientes, se pongan las pilas buenas, las alkalinas, para seguir dándole al coco. No me malinterpreteis, estoy contento con cómo está el mercado a día de hoy, me encanta el rollito new age de querer profundizar en el lado humano de todo quisqui y mostrarnos una Lara más coherente, una relación de codependencia basada en la necesidad de redención de Joel y esa búsqueda de John Marston por recuperar su vida familiar y a su querida esposa en un día a día de trabajo honrado. Sin embargo echo de menos ese jugársela a cara o cruz con un título tan diferente que no exista estudio de mercado que lo avale. No me imagino al mercado actual dando cabida a un primer Tenchu, un Ronin Blade o un Moskito K, porque queremos ir sobre seguro y parece que la única forma de ser modernos es reinventando el pasado y dándole profundidad y maquillaje a lo que nos legaron las anteriores plataformas. 

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>