De cómo comprar Metal Gear una y otra vez

Está claro que los números son los números, y si Konami tira constantemente de Metal Gear Solid es porque surte de buenos dividendos a la empresa. No obstante, cabe citar que para el que esto suscribe no deja de ser buena noticia cualquier cosa que se haga en relación a la magna obra de Hideo Kojima, siempre y cuando mantengan la misma línea de calidad que desde sus inicios ha caracterizado a la franquicia. Claro que a uno se le queda el gusanillo de atisbar en el horizonte a una Konami que hiciera lo propio con series como Gradius, Goemon o Knightmare... pero algo es algo, y Metal Gear es un algo muy grande.

La noticia en estos días es el vibrante trailer que de The Legacy Collection ha soltado la multinacional japonesa. En las imágenes se pueden contemplar algunos de los momentos más emotivos y épicos de la saga, haciendo especial énfasis en los grandísimos personajes que a lo largo de las diversas entregas han contribuido sobremanera a engrandecer el nombre de Metal Gear Solid. Otacon, Ocelot, The Boss, Campbell, Miller...

Y es algo especialmente curioso, puesto que se ha huido de la siempre espectacular acción que Kojima imprime a sus productos para plasmar en menos de dos minutos el significativo valor de la amistad y el honor que destila la historia de Snake. Como dice el propio trailer, se trata de un relato sobre soldados en las sombras de la historia... y la verdad sea dicha, no puede ser más propia y acertada dicha frase, resumiendo magníficamente la épica y la oscuridad de unos hombres que, dándolo todo por su país, terminan contemplando la realidad de un mundo corrupto y repleto de oscuridad en las más altas esferas.

Debo decir que yo tuve la suerte de disfrutar de Metal Gear desde sus mismísimos inicios. La dote de tener en su momento un MSX2 me otorgó la posibilidad de seguir gozando con la obra de Konami en la 'nueva generación' (yo venía del primer MSX), apreciando el significado de lo que era el aprovechamiento salvaje de la nueva máquina en torno a unas características que, sin descuidar lo audiovisual, plasmaba sobre la computadora una mecánica jugable prácticamente inédita hasta la fecha. Tan solo el Super Rambo Special de Pack-In-Video para el mismo sistema tanteó con la metodología del sigilo algunos meses antes, pero el cartucho de un megabit que era Metal Gear revolucionaba el cotarro como solo la Konami de aquellos tiempos podía hacerlo.

Después de la salvaje secuela y de comprobar cómo en NES la cosa perdía bastante chicha, hubo que esperar un buen puñado de años para ver cómo Konami -o más bien Kojima- se acordaba de su niño mimado y convertía a Metal Gear Solid en todo un vende-PlayStations. Y por mucho que los haters del sector arremetan con eso de «buah, otro Metal Gear», cada nueva entrega es para mí como un maravilloso regalo, como un dorado legado al mundo del videojuego. De recordar tan sensacional estela se encargará este The Legacy Collection, al que únicamente se le puede echar en falta la ausencia de aquel estupendo Metal Gear Solid: Ghost Babel para Game Boy Color (siempre y cuando pasemos de los Acid y Portable Ops). Sí, me lo van a vender todo otra vez... si es que finalmente llega por estos lares.