Cuando el videojuego juega contigo, la realidad es mejor: Deadly Premonition y Portal
Me encanta cuando el videojuego juega conmigo. Y no hablo de romper la cuarta pared con un chiste, sino de GladOS y de Zach. La tendencia del mainstream parece que es alcanzar un realismo hipercreíble, tanto que exagera la realidad. Lo que se conoce como disonancia ludonarrativa se presenta como un problema y se entiende que la inmersión se logra disimulando al máximo que estamos en un videojuego.
Sin embargo, Portal se esfuerza en que sepamos que estamos en un videojuego: alguien se ríe de nosotros, cumplimos puzles que son abiertamente puzles; no unos disimulados en los resortes de una cueva, usamos objetos fantásticos y avanzamos de piso en piso; es decir, de fase en fase hasta el final. Portal es estupendo porque abraza las convenciones del videojuego, no las rechaza sino que explora en ellas y se pregunta: ¿hasta dónde las puedo llevar? Y, por supuesto, el buen humor es parte inherente de su naturaleza.
Deadly Premonition hace algo parecido. Ambientado en un entorno que pudiera querer simular una realidad, te recuerda cada dos por tres que es un juego, ¿y cómo? Con Zach, con personajes absurdos e inverosímiles y con secuencias que son puro pilla-pilla o el escondite. A mí me encantan este tipo de juegos y, honestamente, me parecen más inmersivos que un título que aspira a ese falso realismo. El motivo es sencillo: si se construye un solido mundo absurdo con sus propias reglas es más fácil que esas reglas no te traicionen, porque son tuyas. Si simulas las reglas del mundo real, estas siempre te fallarán, siempre se romperá la inmersión. Esta pretensión siempre tiene límites, como que Ellie tenga que ser invisible, por ejemplo.
La verdad es que estoy muy apocalíptico con este tema. Creo que este tipo de videojuegos, Portal o Deadly Premonition, son cada vez menos frecuentes. Y es una lástima, porque es en ellos donde hay más videojuego auténtico, más innovación, una mayor exploración en lo que el videojuego puede hacer en su construcción de irrealidades. Porque el videojuego puede serlo todo, ¿por qué ha de limitarse a ser real? ¿Por qué solo se aspira a hacer jugable lo que ya conocemos?
Deadly Premonition y Portal juegan contigo para lograr esto, y lo hacen para meterte dentro de la ficción, lo más que se puede, con todo el descaro del multiverso y como eje nuclear de su avatarización. A partir de ahí plantean su historieta de personajes raros y situaciones inverosímiles que te crees, porque eres uno con sus reglas de juego. Y a partir de ahí empiezan a brotar las preguntas mágicas en tu cerebro: ¿qué es lo próximo que me encontraré? ¿Qué ocurrirá, a dónde me llevará su historia? Porque somos forasteros en una realidad en la que el videojuego juega con nosotros. Y eso es mejor que cualquier mímesis de la 'verdad'.
<< Anterior Siguiente >>