¿Cuáles son vuestros motivos para abandonar un videojuego?

Hay muchos motivos para dejar de lado un videojuego, y han cambiado mucho con el paso de los años. En la era de los 8 o los 16 bits había dos motivos predominantes: no entender qué quería el juego que hiciéramos o una excesiva dificultad. Por limitaciones gráficas, o una desacertada narrativa, teníamos el objeto adecuado pero el título no era capaz de decirnos cómo emplearlo para pasar al siguiente nivel. En algunos títulos el grado de dificultad era desquiciante. A este respecto, recuerdo con especial cariño Fantasía, de Megadrive, que hasta me costó acabármelo con vidas infinitas en un emulador.

¿Pero y las razones para abandonar un videojuego a día de hoy? Es un tema muy personal, pero en un movimiento para hacer más accesible los títulos, y acercarlos al gran público, la dificultad y la complejidad al explicarse han desaparecido a favor de tramos excesivamente guiados y demasiadas facilidades. Dejé de lado Remember Me precisamente por eso: linealidad, camino de baldosas amarillas y reto inexistente.

No hace mucho, Aounuma, hablaba del placer de quedarse atrancado en un videojuego, en un Zelda más concretamente. También trató el tema Alejandro Pascual en esta casa. Otro motivo para abandonar los mandos de una aventura es quedarse atascado por no conseguir realizar exactamente la acción que nos exige el juego, por no tener alternativas, por tener que pasar por el aro aunque no tenga sentido. Si el videojuego nos permite “pensar”, atacar a ese boss con otra rutina, tomar un atajo, castigarnos y premiarnos por nuestros logros, el título se transforma en un placer, si no, puedes acabar sintiéndote como un niño que tiene que hacer pasar una figura triangular por un agujero circular. No encaja. Frustraciones que pasé en más de una campaña de Call of Duty, lo que sumado a los scripts y a las acciones sin sentido de los PNJ al no ser capaz de seguir el guión establecido, consigue que la inmersión se vaya al traste. Por eso, ya no juego a sus aventuras principales.

Hay otros detalles menores que, sumados a los anteriores, me empujan a abandonar un videojuego. Uno que no soporto es un mal ritmo, una mala alternancia entre escenas pausadas y de acción y una mala comprensión del propio juego por parte de él mismo. Hecho que se da ahora mucho al haberse convertido el videojuego en una caja en la que se juntan un montón de artes. A veces no quedan bien empastadas.

Mucho ha cambiado la película desde los primeros tiempos. Antes todo era avanzar y superar retos, pero nuestro ocio ya no es sólo eso, al querer añadir nuevas sugerencias, secuencias que provienen de otros medios y aceptando que existe un público maduro, llegan nuevos problemas, curiosamente los opuestos a los que antes existían. Y graves. Por lo que agradecemos cuando una desarrolladora se obliga a echar un vistazo a los clásicos y recordar que nunca hay que olvidarlos. Estos son mis motivos para dejar un título ¿Cuáles son los vuestros?