En los últimos años, hemos visto toda clase de películas que homenajean al héroe de acción de los ochenta, y casi también de los noventa. Schwarzeneggre, Stallone o Van Damme han encontrado una mina de oro en el simple hecho de hacer de sí mismos una y otra vez. Así que no es de extrañar que el fenómeno haya llegado, de manera no oficial, a los videojuegos.
Broforce es ese homenaje a la testosterona, las dietas altas en proteínas, los ejercicios calisténicos, las explosiones absurdas y los enemigos descerebrados. Bajo una capa de píxeles que ríete tú de la estética chusca del filma ochentero, las buenas gentes de Free Lives han conseguido un juego rápido y ligero que se juega de miedo con amigos y que pese a estar en beta (con acceso anticipado), ya demuestra una barbaridad de potencial.
Su jugabilidad está a medio camino entre Metal Slug y Contra, solo que con escenarios más reducidos y que se pueden destruir enteritos. Los diferentes héroes tienen sus habilidades y taras y entenderas es tan fácil como haber visto un par de películas de acción en tu vida: Brommando lanza cohetes, Bro Hard tiene dos ametralladoras y va descalzo, Bro Dredd tiene una pistola con balas que rebotan y así todo el rato.
El mero hecho de estar viendo el juego ya es divertido, pero ir destruyéndolo todo entre los sonidos absurdos de las muertes y ataques de los tontos enemigos da un gusto que me cuesta entender. Los personajes están tan dopados y son tan superiores como sus representaciones del cine y lo único que deseas es llegar al siguiente prisionero para liberarlo y desbloquear otro personaje.
Su modo online hace que jugar con otros amigos sea bastante sencillo y el modo editor promete bastante, aunque por estar en beta tiene bastante fallos y limitaciones. Aún así, Broforce pinta como uno de los juegos indies que marcarán 2014.