Always Sometimes Monsters y los conflictos rutinarios
Acostumbrados a iniciar un videojuego y viajar en consecuencia a tierras lejanas, al espacio exterior, a mundos paralelos, a otros contextos históricos o a mundos de fantasía, es curioso que existan propuestas que también nos trasladan a nuestro día a día, incluso trasladando algunos problemas rutinarios. Es el caso de Always Sometimes Monsters, un sencillo desarrollo independiente realizado con RPG Maker cuyo gran acierto, aunque a veces viaje sobre ciertos derroteros extraños, es enviar el mensaje al jugador de que cualquier persona es capaz de protagonizar una obra interesante.
Always Sometimes Monsters comienza con un par de elecciones simples en una fiesta multitudinaria que se está celebrando en una casa. Tenemos que elegir a un personaje de entre todos los que han acudido para que se convierta en nuestro protagonista en la historia, para posteriormente elegir a otro que se convierta en su pareja sentimental a partir de ese momento. Esa sencilla técnica no solo camufla el hecho de poder elegir una apariencia visual distinta que nos va a acompañar durante las horas posteriores, sino que también potencia el mensaje que antes os he comentado: da igual quién sea el elegido, ya que todos los asistentes a esa fiesta son potenciales protagonistas de una historia.
Porque en realidad nuestras vidas son interesantes y merecen la pena ser narradas. Always Sometimes Monsters centra casi toda su estructura de juego en bases fundamentales de una vida rutinaria: encontrar trabajo, ganar dinero para poder pagar el alquiler, la comida... y después enfrentarnos a los distintos conflictos que se van planteando en nuestro día a día: una ruptura sentimental, la invitación a una boda a la que queremos asistir pero que a su vez también nos genera otros problemas, la aparición de viejas amistades, serias dificultades de algunos de nuestros conocidos... la obra, básicamente, gira en torno a este tipo de hechos.
Mecánicamente es sencillo e incluso en algunas ocasiones sabe transmitir la sensación de reiteración de algunos trabajos a los que optamos, como los de trabajar en una fábrica o ser mozos de almacén. La historia va avanzando conforme nosotros también sobrevivimos a nuestro día a día, lo que tiene un mérito increíble. Obviamente, Always Sometimes Monsters no es la primera obra que plantea algo similar, y son muchos los títulos que ofrecen un desafío principal que el jugador debe complementar con ciertas acciones rutinarias pero necesarias, como alimentarse, trabajar o incluso socializar, pero no a un nivel tan natural y con una premisa que a priori parezca tan simple.
Si os gustan este tipo de propuestas, en la que nuestros actos, además, suelen tener ciertas consecuencias en el futuro de la historia, echad un vistazo a Always Sometimes Monsters, que aunque ya tiene un tiempo e incluso ya se está preparando una secuela, merece mucho la pena aunque la estética y la construcción con RPG Maker pueda echaros para atrás. Todos podemos ser protagonistas de una buena historia, como queda demostrado en esta peculiar propuesta.
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