11 cosas que están mal en Persona 5 Royal
No me malentendáis: me encanta Persona 5 Royal. Desde el primer minuto que pasé jugando a esta versión mejorada y más trabajada del juego original, me enamoré de sus mecánicas, de la posibilidad de revivir la vida universitaria (aunque aquí sea la de instituto, pero con unas libertades que ya me gustaría a mí en mis años mozos), solo he predicado sus bondades.
Pero está claro que Persona 5 Royal tiene fuertes incoherencias (especialmente en el final que conecta con el contenido añadido de Royal del cual os hablaba el otro día) y muchas cosillas que no tienen sentido tal y como nos lo pintan. Hoy quiero hablaros de diez de ellas, pero por favor, tened muy en cuenta que esto es un artículo con spoilers. No lo leáis si no habéis completado el juego.
Ryuji - la estrella de atletismo que no puede correr
La trama de Ryuji arranca precisamente por la rabia que este siente hacia el “primer” villano del juego: Kamoshida. Al parecer, tras provocarle, Ryuji se lanzó a golpear a Kamoshida, el cual lo torturaba física y mentalmente como al resto del equipo. Este, en defensa propia, le rompe la pierna a Ryuji provocando que este tenga que dejar el atletismo para siempre.
Aparentemente, la lesión de Ryuji es tan grave que le impediría volver a correr, pero dentro de los palacios, exceptuando un pequeño tropiezo al escapar de la mente de Kamoshida, no volvemos a verle quejarse de la pierna (y eso que se pega maratones realmente intensos). Incluso en el palacio de Shido podemos verle forzar un sprint glorioso que debería dejarle clarito que ya puede volver a correr sin problemas, pero si tomas el final bueno del juego, el mismo Ryuji dice que irá a terapia para ver si puede “curar su lesión”. Y yo digo ¿qué lesión, Ryuji? ¿Qué lesión?
Maruki no tiene sombra
Que Maruki sea el señor de su Palacio no tiene nada de raro, pero sí el hecho de que interactúes con él directamente y su sombra no aparezca por ninguna parte. Sabemos del palacio de Futaba que, cuando una persona real entra en su propio palacio, puede interactuar con su sombra sin problema. Sin embargo, en el palacio de Maruki, este mismo es el que tiene en su mano el tesoro y su sombra no está por ninguna parte. ¿Se la habrá comido?
Vamos a perdonar a Akechi, que total, no intentó matarme
Algo que no soporto de los JRPG es lo santurrones que pueden llegar a ser en ocasiones. En este caso, después de descubrir que Akechi estaba siendo “manipulado” por Shido y que el pobre detective hacía todo esto para vengarse de un padre malvado, decidimos perdonarle todo. Incluyendo el hecho de que matase al padre de Haru a sangre fría o que nos metiese un tiro en la cabeza y se echase a reír como el maníaco y degenerado que es en realidad. Incluso en Persona 5 Royal intentan que sintamos simpatía por su regreso como si fuese un amigo de la infancia con al que tenías ciertas rencillas sin solucionar. Y yo digo, señores de Atlus, un tiro en la cabeza no es una rencilla sin solucionar. Y dos, menos.
¿Dónde nos reunimos para que no nos pille la policía? Aquí mismo, en mitad de la estación
Tienes en total tres escondites a lo largo del juego: la azotea del colegio en el que Makoto os pilla a la primera de cambio, la cafetería y, por qué no, en mitad de la transitadísima estación de tren de Shibuya. Allí, mientras todo el país se vuelve loco buscando a los Ladrones Fantasma, nosotros nos sentaremos contentos y felices a comentar nuestros planes en alto. Porque… ¿por qué no? ¿Quién va a oírnos? ¿Todo Tokio? ¿Qué importa?
Las víctimas salen a pasear de la mano y esperan que no haya conexiones entre ellas
Otro punto que me sacaba de quicio cuando la policía estaba investigando a los Ladrones Fantasma era precisamente lo fácil que cualquiera con dos dedos de frente habría sacado conclusiones. No hay que ser muy brillante para, con una simple investigación previa, darte cuenta de que los dos estudiantes que iban a ser expulsados por Kamoshida pasan el rato con Anne, la mejor amiga de la chica que se intentó suicidar por su culpa y que, para más inri, pasan el tiempo con Yusuke, el protegido del segundo despertar con el cual no deberían haber tenido relación alguna.
Si esto es la fiscalía japonesa, entiendo por qué se me daba tan bien jugar a Ace Attorney
Pásate a trabajar cuando te dé la gana, de verdad
Una de las mejores formas de conseguir dinero y aumentar tus estadísticas en Persona 5 es trabajar en un konbini, en una tienda de fideos o incluso en una floristería. Sin embargo, puedes pasarte semanas sin ir, y cuando va tienes pluses por días específicos o por acordarte de hacer bien tu trabajo.
No sé cómo va en vuestras oficinas, pero en la mía si no me presento a trabajar sin avisar, lo mínimo que harán será mandarme un inocente sms.
Duermes encima de palets de madera.
Sojiro no te tiene mucho cariño los primeros meses de tu estancia allí. De hecho, el único sitio donde permite dormir a un “delincuente” como tú es en la parte superior de su cafetería, donde guarda el dinero de la caja y sus preciados granos de café. Dejando de lado que se haga el duro y realmente confíe en ti, tu protagonista se pasa las noches hablando de lo cómodo que está, pero si nos fijamos veremos que en realidad lo que tiene es un futón colocado sobre cajas de madera y palets sucios. Eso no puede ser bueno para las cervicales.
Si no te entregas, las confesiones de Shido no valen
Algo rotundamente ridículo es que Sae Niijima, la fiscal del caso, te diga que las confesiones de Shido no sirven para poder meterlo en la cárcel y que pague por lo que ha hecho. Para ello, tienes que entregarte como cabecilla de los ladrones fantasma. Dejando de lado lo absurdo que es intentar explicarle a un grupo de rancios y cuadriculados jueces la existencia del metaverso, Shido ha cometido más delitos fuera del mismo que dentro. Si su corazón ha despertado, se le puede imputar perfectamente por los crímenes cometidos fuera y ya pasaría la vida a la sombra. ¿Por qué era necesario más?
Muerto el perro, se acaba la sarna
Algo ridículo del juego es que, a pesar de que todo el mundo sabe que los Ladrones Fantasma son más de uno, cuando “muere” el líder, la policía decide dejar de buscar a los involucrados. Algo similar pasa cuando cogen al prota después de que confiese. Al parecer, investigar a sus principales amigos para ver si están involucrados no era pertinente. Incluso cuando TODOS ellos parecen estar relacionados con los despertares.
Menos Futaba, claro, que la pobre es una santa a ojos de la sociedad.
Estoy más solo que Leonardo Dicaprio en El Renacido
Nuestro protagonista es huérfano. O, si no lo es, a sus padres no les importa demasiado cómo esté. Teóricamente pasamos un año alejados en la capital para poder “expiar” nuestra falta, pero a pesar de tener un teléfono móvil completamente operativo y un chat en el que continuamente nos mandamos fotos bonitas, papá y mámá jamás se ponen en contacto con nosotros y prácticamente parecen no existir.
Pero al final del juego decidimos que lo mejor es volver a nuestra casa: donde no tenemos amigos, ni hogar ni padres, sin preguntarle a Sojiro si podemos quedarnos con él. Raro es poco.
El final de Persona 5 no tiene sentido
Una vez que terminas el juego y decides marcharte a tu casa, se lanza una cinemática en la que unos extraños señores de negro que no se sabe quién demonios son, te persiguen con la firme intención de… ¿qué? ¿quiénes son? ¿de dónde demonios salen? ¡Si ya no queda nadie con el que estés enfrentado!
Nuestros amigos nos ayudarán a llegar a la estación sanos y salvos, protegiéndonos de una amenaza, que, para empezar, ni siquiera tiene sentido.
Espero que no me odiéis demasiado por este post. Pero no me digáis que no hay incongruencias interesantes aquí. Dejad un comentario si también las habéis visto.
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