¿Y si me compro una WiiU?

Todos recordamos aquel fatídico día en el que os pedía consejo acerca de comprar o no comprar una PlayStation 4. Lo he estado meditando, también he escuchado vuestros sabios consejos (más bien los he leído, pero ya me entendéis) y finalmente he descartado la idea de llevar a cabo tal desembolso de dinero por dos sencillas razones: La primera es que aún me queda mucho por hacer en PS3; la segunda es que, más allá de Bloodborne, PS4 no tiene un catálogo exclusivo lo suficientemente atractivo para mí, y sigo prefiriendo jugar los títulos “más potentes” en mi ordenador. Ah, la gloriosa Master Race.

 

No obstante, a pesar de haber descartado de momento el comprar una PlayStation 4, sigo necesitando algo. Ese algo es una especie de instinto maternal, como si mi reloj biológico hubiera despertado al fin. Pero como odio a los niños pequeños, y este apolíneo cuerpo mío no está hecho para sufrir las graves consecuencias de un embarazo, está claro que lo que yo necesito es una consola. Pero, Tita Kysu, ¿y qué consola quieres? ¿En cuál vas a gastarte la paga extraordinaria de Navidad – si tuvieras – y a dedicar el resto del año como si tuvieras suficiente tiempo libre como para pasarlo ahí, sentada en el sofá, con los dedos tomando poco a poco la forma de los botones? Ah, mi joven padawan, aquí es donde entras tú y tu criterio, pues estoy pensando en comprar una WiiU.

 

Varios han sido los motivos que me han llevado a planteármelo, al igual que varias son las razones por las que no lo tengo demasiado claro. Empezaré con las cosas buenas o ideas positivas, y ya luego nos centramos en esos aspectos negativos que me llevan a la duda. La principal razón no podía ser otra: Bayonetta 2. Esa estúpida y sensual Bruja de Umbra me conquistó en su primer juego desde antes de tenerlo, y hasta mucho después de pasármelo seis o siete veces. Y mira que la versión de PlayStation 3 tenía varias cosillas que mejorar, pero no me importaba. Por mucho que Cereza se haya cortado el pelo, necesito jugar a ese maldito juego y será mi primera compra si finalmente me decido.

 

Pero Bayonetta no es la única capaz de seducirme. En WiiU hay “muchos” exclusivos que son más que un simple título para una sola consola. Los juegos de Nintendo tienen personalidad propia y ninguna experiencia se les puede comparar. Sí, Bayonetta 2 podría haberse jugado en cualquier otra consola y no pasaría nada, pero cualquiera de los juegos de Mario, entre los que incluyo Smash, no serían lo mismo. Por no hablar de Yoshi's Woolly World, una monada de juego además de un plataformas como ninguno. Y yo, que queréis que os diga, nací para jugar plataformas.

 

La tercera razón es que, por muy niña rata que sea una, me gusta ver el videojuego como algo social, y me encanta reunirme en casa con los colegas a echarnos un Tekken. Poder sustituir Tekken por Super Smash Bros, Hyrule Warriors o Super Mario 3D World es todo un gustazo. Cualquier juego de WiiU puede ser muy divertido para jugar con un grupo de amigos. ¡Ah, las horas que me echaba yo al Mario Chase cuando tenía pareja! ¡Que la soledad sentimental no me prive de esos lujos! ¡Necesito una WiiU en mi vida!

 

 

Bueeeeeno, siempre hay cosas que nos llevan a la duda. A la hora de comprarme esta consola de Nintendo es la propia realidad la que me da un buen bofetón. En el último párrafo me he puesto a soñar con todos los juegos que compraría para que nos juntáramos unos pocos en casa, pero, seamos sinceros, WiiU me arruinará. Ella y la costumbre de la compañía nipona de no bajar nunca los precios. Juegos que salieron hace eones siguen costando lo mismo o, si acaso, cinco euros menos. ¿Estamos locos o qué? Así que será mejor que, si me decido, me pille un buen pack con un juego que me mole y le pueda dar muchas horas, porque probablemente tardaré en llenar mi biblioteca.

 

No sólo es el precio de los juegos, sino de la consola. No es excesivamente cara, pero la voz de la conciencia me dice que debo esperar un poco más. ¿Cuánto? Hasta que se sepa y salga a la luz ese nuevo proyecto llamado NX. Será entonces cuando WiiU bajará de precio y estará lista para los que, como yo, se compran los consolas cuando ya llevan unos buenos años en el mercado. Claro que eso nos lleva a otro punto:

 

La vida útil de Nintendo WiiU. Algo bueno que tuvo y sigue teniendo PS3 es que, a pesar de la aparición de su flamante sucesora, se han seguido haciendo juegos para ella, y hasta hay títulos que han salido para las dos. No tengo muy claro qué pasará con NX, pero sí sé que a Nintendo lo de abandonar una consola por otra se le da muy bien. Eso, y lo de vender portátiles sin cargadores, dando por hecho que ya tienes las anteriores. Ay, zeñó, zeñó... Soy un mar de dudas que no sabe qué hacer con su cartera, más que llevarla a la deriva. ¿Debo esperar a que WiiU sea olvidada? ¿No me arriesgaré entonces a no encontrar juegos o, incluso, a encontrarlos más caros por aquello de los coleccionistas? Cuando era joven, comprar una consola no era tan difícil. Y ahora hay que darle vueltas a todo. ¿A que acabo comprando una Xbox? Bueno, será mejor que no me tamos más incógnitas en la ecuación, que me voy a volver loca.

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