Una jornada dentro de una tienda de videojuegos
Después de muchos años viviendo desde dentro esto del ocio electrónico, había una parte que prácticamente siempre había terminado viendo desde lejos, desde el punto de vista del cliente que en verdad suelo ser de manera más o menos habitual. Y es el del comercio, el de la tienda que se dedica especialmente a la venta de videojuegos, y que es en sí uno de los pilares más básicos de la cadena. La verdad es que siempre he sentido mucha curiosidad por saber cómo sería una jornada desde el punto de vista más insider bajo esta premisa, y más aún al haber leído un más que interesante estudio en el que se revela que solo un diez por ciento de los beneficios que consigue la industria del videojuego proviene del mercado casual.
Así que ahí estamos... no voy a citar de qué comercio estamos hablando, pero baste el saber que no se trata de una franquicia que se dedique exclusivamente a este medio, sino que hice el estudio en la sección de videojuegos de una popular cadena dedicada al ocio en general, con bastante especialización en lo nuestro. Un entorno perfecto e idóneo para ver el tipo de personas que se acercarían a comprar un videojuego, a informarse y, por ende, a interesarse en general por nuestra industria. Y debo reconocer que quedé bastante sorprendido con lo visto, contrastando hasta cierto punto lo citado en el estudio citado en el anterior párrafo.
Y empieza la jornada. Todo tranquilo, llegan algunas cajas con los lanzamientos del día... una de ellas, por ejemplo, lleva dentro un buen puñado de unidades del Zone of the Enders HD Collection para PlayStation 3, mientras que la versión Xbox 360 se ve reducida a unas pocas de copias. Según estadísticas, en lo que a juegos se refiere PS3 arrasa en esta tienda con respecto a la máquina de Microsoft. Es algo que se ver reflejado en la mayoría de la clientela que entra en la tienda, donde son los discos para la consola de Sony los que vuelan una y otra vez. Se da la excepción de algún que otro jugón que dispone de las dos máquinas y pregunta al personal altamente cualificado de la tienda, en torno a qué plataforma ha recibido la mejor versión de tal o cual programa. Yo mismo termino aconsejando la versión Xbox 360 del citado Zone of the Enders HD Collection.
Pero antes de ello, las horas tempraneras del día son coto privado de las madres. Señoras con una media de edad entre los cuarenta y los cincuenta acuden desde aproximadamente las diez y media de la mañana, muchas de ellas con un papel en la mano que usan para preguntar por algunos títulos. Preguntan precios, piden consejo... Una señora buscaba un juego de conducción para su hijo de nueve años. Cogió un Gran Turismo 5 que, tras conocer la edad de su pequeño, se le animó a que lo cambiara por un juego de temática más juvenil... y tras esto, vino de la estantería con un ejemplar de Sonic All-Stars Racing Transformed. Yo mismo le pregunto por los gustos de su chavalín, y dice que adora la Fórmula 1. Con su juventud, le enseñamos el F1 Race Stars de Codemasters, y le explicamos las bondades de este juego. Convencida y agradecida, acaba llevándose este último.
Un par de treintañeras se acerca con la idea de hacer un regalo a su sobrino, pero con la cosa de gastar cierto dinero que repercuta en una gran cantidad de juegos... o sea, títulos baratos que encajen con la cifra a gastar. Así, se les lleva a la parte de los Essentials de PS3 y empezamos con un Avatar que, según parece, encandila a las señoritas con la cosa de la película de Cameron y tal. Terminamos de juntar los dos primeros Uncharted, Ratchet & Clank Atrapados en el Tiempo y LittleBigPlanet. Creemos haber hecho un pack de cinco ejemplares que a buen seguro contentará al chaval, y las clientas se van plenamente satisfechas, a sabiendas de que no tendrán problema alguno si resulta que el chico tiene ya alguno de los juegos.
Del mismo palo pueden haber pasado esa misma mañana unas siete mujeres... un señor de mediana edad pregunta por los packs de PS Vita y se le informa sobre las mejores ofertas... toma nota, pero no se la lleva. Mientras, jóvenes y no tan jóvenes van llegando cuando se acerca el medio día, tratando de poner sus zarpas en las distintas consolas habilitadas para juego, donde, aparte de una PS3 con Hitman Absolution y una 360 con Halo 4, es Wii U y sus demos la que acapara toda la atención. A todo esto, y después de que una señora tratara de comprar un cartucho de 3DS para una DS, llegan dos hermanos y se llevan un pack Premium de la nueva y reluciente consola de Nintendo.
El resto de la tarde inunda el recinto toda una tropa de adolescentes que, en grupo, exploran la tienda y se paran en cada esquina de la sección, dando en su mayoría el cante bailando con Kinect y con la ya vieja Wii. Chicos en solitario preguntan por tal o cual juego, y se llevan cosas como Black Ops II, Black Ops II y Black Ops II... es increíble lo que vende este juego. De Assassin's Creed III también llueven algunas copias, dejando a las claras cómo rinden las franquicias más potentes del medio. A la par, es curioso como se acercan familias al completo que, siguiendo el capricho del crío de turno, se acercan al punto de información a preguntar por el juego deseado... viéndonos muchas veces en la necesidad de informar que se trata de un producto para mayores de dieciocho años. Extrañamente, tengo la sensación de que algún padre parece ofenderse al hacérselo ver...
Y así hasta que se acerca la hora del fin de turno. Estar pendiente del perfecto funcionamiento de esta sección es verdaderamente agotador, y uno ve cosas tan bizarras como gente que se trae su propio mando para jugar a dobles con el colega (cosa que no se puede hacer), los mangantes de turno que tratan de sacar el juego de la consola o los que te piden un Super Mario para PS3. Tras esto, uno tiene más o menos claro el ratio de lo que se vende y de lo que se deja de vender... pero más aún, servidor se da cuenta de lo apasionante y, a la vez, duro que es el trabajar en este eslabón de lo que es la cadena de producción de un videojuego. Interesante cuanto menos.
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