Tengo confianza plena en Call of Duty Black Ops 4
Reconozco que soy un fiel defensor de Treyarch como estudio desarrollador de Call of Duty. Pero no lo soy porque sí, por arte de magia, ya que desde siempre me han demostrado ser el estudio más efectivo a la hora de crear juegos de esta exitosísima saga y prácticamente los únicos en querer aportar novedades al género. Con Call of Duty Black Ops 4 la sensación que he tenido en este sentido se ha multiplicado, sobre todo tras haber podido jugar a la beta cerrada celebrada hace unos días.
Call of Duty Black Ops 3, el anterior juego de la saga desarrollado por Treyarch, no solo ha sido (para mi gusto y para el de muchos) el mejor título de la saga de los últimos años, sino que también aportaba novedades muy interesantes que hicieron que la estancada fórmula de la franquicia evolucionara a su manera. Esto lo consiguieron a través de los Especialistas, diferentes personajes que poder seleccionar y que contaban con diversas habilidades que diferían entre ellos, tanto ofensivas como defensivas. Esto aportaba un toque de distinción y muchísima diversión en el terreno competitivo, porque ya no solo se trataba de posicionarse bien y de tener puntería en el mapa, sino de elegir y combinar de la mejor manera a estos personajes. Por alguna razón que desconozco, esta genial idea se perdió en las entregas posteriores desarrolladas por Infinity Ward (Call of Duty Infinite Warfare) y Sledgehammer (Call of Duty WW2), convirtiéndose, para mi gusto, en productos tremendamente inferiores en todos los sentidos respecto a Black Ops 3.
Por lo poco que he podido ver en Call of Duty Black Ops 4, Treyarch continúa esa misma senda iniciada en Black Ops 3, potenciando hasta un nuevo nivel la presencia de los Especialistas, variando completamente la manera de utilizar gadgets y granadas más la distinción que produce la incorporación de nuevos modos de juego que a priori parece que van a funcionar bastante bien, como el nuevo modo Control (que fue el que más disfrute en la prueba del juego), el anunciado modo Heist y el curioso Battle Royale. Se nota que el estudio, manteniendo la esencia y el camino del éxito de la saga, quiere aportar frescura.
Ahora tenemos que curarnos en mitad del combate con una inyección que se recarga con el tiempo (no hay autocuración temporal), ni podemos lanzar granadas o ítems nada más reaparezcamos (tienen un tiempo de recarga muy similar al visto en sagas como Destiny) lo que revitaliza las características competitivas de un juego que funciona tremendamente bien a nivel jugable. Es cierto que al ser una beta cerrada existieron problemas de balanceo, con ciertas armas y habilidades demasiado poderosas, pero el juego funcionó extremadamente bien. Por hacer otra comparación, recuerdo que la primera beta del año pasado de Call of Duty WW2 fue un auténtico desastre, avecinando unos respawns desastrosos que por fortuna se solucionaron en gran medida en el juego final. Y sí, para mi gusto la beta de Black Ops 4 ya estaba mucho más cuidada en estos terrenos que lo que ahora es el último juego de la saga en el mercado.
Tengo muchísima esperanza en Call of Duty Black Ops 4 y en Treyarch, lo reconozco, pero porque llevan muchos años dando la talla. Si no fuera por ellos, esta saga sería algo muy diferente, sobre todo en esta última década donde los otros dos estudios desarrolladores han tenido, para mi gusto, demasiados errores de bulto y juegos olvidables sin ningún tipo de personalidad. Por fortuna, todo hace indicar que este año vuelve a tocar uno de esos juegos de la saga que da gusto jugar y exprimir hasta las últimas consecuencias, con novedades sustanciales y una evolución de la fórmula palpable sin perder la esencia natural que le ha hecho triunfar masivamente.
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