Shenmue: La obra de culto más oscura del medio
No creo que haya momento más adecuado para hablar de Shenmue que el presente. Hoy mismo cumple 15 años y la celebración por parte del medio ha sido prácticamente nula. No es de extrañar: es uno de los juegos de culto más oscuros que existen en la actualidad. Y no es que quiera defender a mis compañeros del medio, muchos de esos que ya han convertido en meme gilipollas cada noticia referida a una hipotética resurrección de la tercera entrega: se trata de que la primera entrega es prácticamente inaccesible para una persona de a pie, y ante la dificultad de conseguir el título, la desidia llega.
Hablamos de un videojuego que únicamente se estrenó en Dreamcast. La segunda parte llegó a Xbox en un port peculiar, pero lo que es la primera gran aventura de Ryo en Yokosuka quedó en el limbo de Dreamcast. Sin entrar a valorar a la comunidad de videojuegos clásica, muchos entienden como algo fácil el hacerse con una máquina de Sega, el juego original, enchufarla a una tele de tubo y gozar, pero en la práctica del usuario de la calle son mayores los problemas que representa el presente asunto. Comenzando, por ejemplo con el estado de las Dreamcast actuales, una lotería de reseteos no muy fácil de arreglar.
Un problema en la máquina provoca reseteos aleatorios. Puede ocurrir cada 30 segundos, cada 30 minutos o cada 30 horas, pero el reseteo es inevitable. Tampoco quiero ser cenizo: hay docenas de tutoriales en la red que explican cómo arreglar el asunto en algunos pasos relativamente sencillos, pero no olvidemos que se lo estamos pidiendo a aficionados que lo máximo que han abierto una máquina es la bandeja para poner un nuevo juego. Y hablando del juego, esa es otra: ¿Dónde demonios se consigue el juego en la actualidad? Hay formas y formas, pero tampoco son las más fáciles y comprensibles para el usuario novato.
La más lógica y certera es comprar el juego original de segunda mano. ¿Dónde? Es una muy buena pregunta. Ni qué decir que hay comercios que compran y venden juegos clásicos de segunda mano, pero la cuestión es el precio por el que te puede costar comprar Shenmue: no es el más caro de Dreamcast, pero tampoco es el más barato que digamos. La otra opción (y teniendo en cuenta que, desgraciadamente, no te dan muchas opciones y no existe una forma legal de dar dinero a Sega por sus incuestionables servicios con la obra) es descargar el reno, la copia y volar. ¿Qué es el reno? Lo dicho amigos: oscuridad absoluta.
Diría que no existe una obra musical, cinematográfica o pictórica de tanto prestigio que sea tan absurdamente difícil de admirar. Solo pasa en el mundo del videojuego, y es una auténtica lástima que usuarios que no pudieron probarlo en su momento hoy no sean capaces de echarle el guante de ninguna forma que se lea en beneficio para sus creadores. Ni siquiera ese es el gran problema: el hecho de que los jugadores interesados en leer y entender nuestro medio como un arte se pierden una pieza imprescindible del museo. Lo peor es que no se avecina una solución pronto para el asunto; más bien al contrario.
Hace unos días mi querido amigo Rafa habló de sus virtudes en esta sacrosanta casa. No dudéis en echarle un tiento a sus palabras. Días atrás el amigo JP se sacó de la manga un programa de entrevistas sobre el mito en el que repasa con algunos compañeros lo que supone Shenmue para ellos. Creo que más allá de eso y alguna noticia del que ha relacionado la fecha con el juego, ese ha sido el homenaje que se ha llevado la obra. ¿Sabéis de quién es la culpa? Efectivamente: de Sega.
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