Resident Evil 2 Remake tiene más novedades de lo esperado
La idea de limitar la demo de Resident Evil a 30 minutos gustará más o menos, pero logra lo mismo: te deja ganas de más. Esto no es solo un upgrade gráfico. La inversión de Capcom en el RE Engine empieza a hacerse patente con un motor que funciona tan bien en experiencias en primera persona como en aventuras en las que ves al personaje que manejas, y además consigue que el despliegue visual sea bastante abrumador. Se nota la herencia de REVII en los iconos de interacción, o en esas puertas que se entreabren a poco que choquemos con ellas. Esto último es un cambio gordo, porque pasamos de las pantallas de carga con una breve animación del original a la fluidez y la sensación de un entorno conectado del remake. Con lo tradicional se generaba una tensión única, una incertidumbre que te mantenía expectante a ver qué había tras la transición, pero lo que nos llega este 25 de enero se las apaña para incomodar de otras maneras. Y qué maneras. Apuntar a la cabeza es arriesgar, más que nunca. No solo es que el andar errático de los zombis haga mucho más complicado conseguir el headshot, sino que además realizarán embestidas inesperadas que los plantarán delante de ti antes de lo esperado. Y no hay pocos. Si algo deja patente la demo es que la comisaría estará más asediada que nunca, que será más habitual que los infectados entren por las ventanas -donde, por cierto, la mecánica de taparlas con maderos se toma de RE 3: Nemesis- y que el backtracking puede ser más peligroso que nuestro primer paseo. En el remake, el primer día de Leon en el RCPD es mucho más peligroso. También me ha sorprendido encontrar nuevas estancias, y multitud de mecanismos y puzles ausentes en el original que añaden una capa de descubrimiento a quienes vengan de juego que cumple 20 años. Si había una manera de alargar una experiencia que hoy se queda algo corta para los estándares de un triple A, me gusta que se haya apostado por enriquecer los escenarios sin perjudicar su esencia. Que lo nuevo sume, pero no cambie lo demás. No querría perder la oportunidad de mencionar el sistema de desmembramientos de esta entrega, un añadido maravillosamente gore. Es, sin duda, un salto innovador. Ver cómo una parte de un brazo se va separando del resto, con piel y ligamentos rompiendo su elasticidad, disparar al cuello y descubrir cómo la cabeza pasa a estar sujetada solo por la piel o presenciar cómo un zombi se deshace de su cintura y piernas para seguir arrastrándose hasta nosotros… impacta. Esto y lo que está por conocer hacen de Resident Evil 2 Remake una parada obligada para cualquier fan del terror. Esta vez no basta con haber jugado al original.
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