¿Por qué es tan popular la mirada de Luigi?
La magia ocurre en los pequeños detalles. Si habéis prestado atención a YouTube estos últimos días, seguramente hayáis visto algún que otro vídeo de Mario Kart 8 centrado en las distintas expresiones de sus personajes. Muchos de estos vídeos están grabados cámara en mano y la mayoría no pasan del medio minuto, pero bastan para hacerte sonreír y sirven para hablar sobre la importancia de la personalidad.
Mario Kart 8 es un juego de carreras, a lo cual la cámara está constantemente apuntando a la espalda de nuestro piloto y la acción es demasiado rápida como para que podamos prestar atención a los detalles. Sin embargo, el juego tiene un modo que permite ver las carreras desde otra perspectiva y disfrutar de los jetos de los personajes. La gracia aquí reside en que cada personaje tiene una expresión única para cada vez que realiza bien un salto, es golpeado, adelanta a un personaje o toca a alguien con un objeto. Utilizando sólo esas caras la gente ha empezado a construir pequeñas historias añadiendo música y sirviéndose el viejo efecto kuleishov. Daisy adelanta a Luigi y él la mira. Ella sonríe. La mirada de Luigi cobra un tinte asesino. Y así con todo.
Dar personalidad a tus personajes es un detalle crucial que puede hacer tu juego mucho más atractivo. Sin que nadie lo esperase, el último fenómeno viral relacionado con los videojuegos viene de Nintendo y ni siquiera está ahí previsto: es un elemento que integraron en el juego para darle más carisma. En Valve saben muy bien lo que puede ocurrir si dotas a tus personajes de esta identidad: que se lo digan si no a Team Fortress 2, un título con una comunidad de machinima, modders y artistas más viva que nunca. Los personajes trascienden su condición de avatares o maniquíes que controlar para hacer volar en pedazos al enemigo y se convierten en individuos con su particular forma de ser: el scout es provocativo y arrogante, el heavy es un bruto que habla a los sándwiches y el médico disfruta más viendo sufrir a la gente que curándoles.
Otros juegos, como Black Ops II y su modo zombi, lo han intentado también, pero no veo por ahí fanart de como quiera que se llamen sus protagonistas ¿por qué? Crear una personalidad es más que darles un par de frases graciosas: cada personaje tiene que tener un diseño único, con una paleta de colores distintiva, una complexión física reconocible y una voz cuyo timbre tenga un toque especial. Evolve parece que irá por ese camino y logrará que nos enamoremos de aluno de sus cazadores: al fin y al cabo, ya lo consiguieron con Left 4 Dead. Dos veces.
Pero estábamos hablando de Mario Kart 8. No es de extrañar que haya tantos vídeos riéndose de la expresión asesina de Luigi o la sonrisa de idiota que pone Donkey Kong cada vez que adelanta a alguien: es algo natural y orgánico que estaba ahí. No es un fenómeno viral que Nintendo quisiera forzar y, de ser así, lo han logrado ocultar con buena mano: es un detalle que está para aquellos que sepan disfrutar de él, y gracias a ese toque tan minúsculo el juego cobra una nueva trascendencia y se ve insuflado por vida. Vida real. No son sólo pilotos: son Peach, Yoshi, Rosalina y tantos otros más disfrutando en este entorno tan fresco y próximo. Mario Kart 8 va de esa competición entre amigos: “este juego ha roto muchas amistades”, dicen por las redes. Es uno de esos títulos para traer a tus colegas a casa y echarse unas carreras entre gritos e insultos, pero el juego en lugar de simplemente dar espacio para esa experiencia, participa en ella. La celebración de Waluigi cuando cruza la meta, tan arrogante como estúpida, o la forma en la que Wario agita la cabeza al perder son reflejos de nuestras propias actitudes, y por eso es tan especial. Es un pequeño detalle, pero cuando la gente habla de “magia”, “frescura” o “carisma” en un juego, están hablando de esto.
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