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Políticas abstractas: el donde dije digo de Xbox

Exclusividades poco éticas, demandas y declaraciones negativas
Por Brenda Giacconi

Sí, no paramos de hablar el tema, pero ¿qué queréis? Es EL TEMA de la semana. A escasos días del E3 la noticia del cambio de política de Microsoft con su Kinect ha supuesto una bofetada en los morros para muchos.  Ahora es fácil decir 'te lo dije', soy el primero en admitir haber caído en esa tentación, pero hay que reconocer que en el momento de su salida al mercado nada hacía presagiar la caída en desgracia de esta Kinect 'number one' que se ha convertido en la prima fea a la que Microsoft no quiere invitar a su cumpleaños.

 

De amores y odios

No entiendo de filiaciones ni lealtades exacervadas. Todo ese rollo de la gente que siente los colores o pertence a tal o cual filiación política, ese 'contigo a muerte' se me atraganta. Tienes unos tipos forrándose por darle patadas a un balón y los idolatras como a Dioses mientras te dejas la piel en tu curro por un bajo cero a fin de mes. Aplaudes con las orejas a los políticos de éste u otro partido mientras ves cómo tu sueldo baja de forma exponencial a lo que aumentan tus horas de curro, y mientras, en los informativos, no paran de aparecer causas legales contra tal o cual político... Y seguimos viendo vaciarse las arcas en pensiones de por vida a personas que deberían estar en la cárcel y sin un chavo en su patrimonio. 

 

Vivimos una época absurda en la que nadie, o casi nadie, merece nuestro respeto, cuánto menos nuestra lealtad, y por eso tampoco entiendo las posturas de adoración hacia las compañías de consolas. Que si I Love Nintendo, que si soy Xboser, que si con Sony hay que 'de morí'... Qué va, tíos, esto va de comprar juegos y cobrar por ellos. Desde chico he tenido Atari, Spectrum, Famicom, Megadrive, Play y todas las máquinas que en su momento me pareceron intereesantes y el trabajo me permitió pagar -salvo un breve lapso soñado en el que las compañías me las mandaban por ser prensa, pero eso duró poco-. Preferí mil veces Dreamcast a Xbox, y me gustó más la primera máquina de Micro que la Ps2. Luego pasé a PS3 antes que 360, y cuando Mattrick se volvió loco en la presentación del año pasado, tuve claro que mi próxima consola sería una PS4.

 

Lo bello y lo triste

Os cuento todo esto para que no me vengáis con milongas. Cuando Don Mattrick se volvió loco en la presentación le puse una cruz a la ONE, o una equis, que quedará más propio. Sin embargo nuestro amigo de Zynga consiguió algo que muy poca gente, yo el primero, le ha reconocido: Inventó una nueva forma de concebir las videoconsolas -o plataformas de sistemas de entretenimiento y ocio digital-, y contra todo pronóstico, LOGRÓ CONVENCER A GRAN PARTE DE PÚBLICO Y MEDIOS. Jamás entenderé por qué, pero mucha, mucha gente supo ver el sueño de Mattrick y en ese momento en el que la carrera de las consolas no era más que una reunión en boxes a la espera de que trajeran los 'vehículos', decidieron compartir ese sueño. A pesar de los pesares y de que muchos, pero muchos, estuviéramos poniendo el grito en el cielo por las locuras del amigo Don.

 

Los últimos días de Don Mattrick en Micro... Mala vida le dimos al pobre, ángelico.

 

Don Mattrick  supo hacer algo que luego Phil Spencer desvirtuó: Darle una nueva personalidad a Microsoft y crear un producto diferente. Un producto con más exigencias que un cuñado político en paro, pero aún así diferente, revolucionario y, sobre todo, único. Parecía que la scene de las consolas de sobremesa iba a tener un poco de todo con Nintendo y sus locuras periféricas, ONE y sus extraños conceptos de mercado y PS4 en su línea más tradicional.

 

Podríamos haber tenido un escenario completo con tres productos a cual más diferente, pero Microsoft le vio las orejas al lobo, los estudios de la compañía empezaron a demostrar un descenso alarmante de popularidad y, temerosos de perder las 'elecciones' y repetir el fracaso de PS3 en sus inicios, optaron por las soluciones intermedias: 'Quitaremos lo que no os gusta pero seguiremos ofreciendo algo nuevo, un chocolate y Kinect'. Y Mattrick hizo mutis por el foro desapareciendo de la escena del crimen

 

La guerra de los clones. ¡Tachááán!

Desde ese momento las políticas de Microsoft  han sido un baile de máscaras, un juego de malabares con cuchillos bastante complicado de seguir. ID@xbox, Games with Gold y una Kinect renovada de la que el propio Spencer decía hace unos meses que 'había dejado de ser una prioridad'. La personalidad que Mattrick quiso darle a su ONE ha terminado desapareciendo como por ensalmo, y en vez de aprovechar los puntos negativos con los que partía la consola y retorcerlos hasta convertirlos en algo positivo e innovador, han optado por convertir su ONE en una PS4-2 que está teniendo problemas técnicos -leves, todo hay que decirlo- para competir con su hermana gemela.   

 

Y así, el clón va poco a poco tomando forma. Los famosos Games with Gold llegarán al fin en junio, y vienen con todas las imposiciones que han hecho ya famoso a Playstation Plus: dos juegos en 360 -tres en junio, que hay 'regalito'-, uno en ONE, y la necesidad de seguir suscritos para poder disfrutar de estos contenidos. Oh, aprovecho para retractarme de algo que dije acerca de Driveclub de PS4: Si 'upgradeas' la versión Plus a la completa, seguirás podiendo jugarla aunque cortes la suscripción, ya es oficial

 

Pero sigamos con ONE: La programación en la nube empieza a tener pinta de caer en el olvido junto a todo ese rollo del share digital, la conectividad y, por supuesto, Kinect, y seguimos trabajando en conseguir la velocidad y definición de la competencia, porque eso es lo importante, los frames, los 1080p y el ser igual a la competencia, o intentarlo, empezando por igualar el precio

 

Phil Spencer no entiende por qué seguimos quejándonos ¡Si están haciendo lo mismo que Sony!

 

Algo nuevo, algo viejo y algo azul

Le puse la cruz a ONE, ya os lo dije, cuando escuché a Mattrick y su monólogo a lo Paramount sobre su nueva consola. Y sin embargo... con un poquito de empeño, Microsoft habría podido convencerme de que estaba equivocado y haber consguido que ahorrara para comprar algo distinto a mi PS4. Podían haber logrado que funcionara el DRM y que fuera una ventaja para el usuario y no para la compañía. Podían haber logrado que la conectividad significara comodidad, y no control, y podrían haber hecho locuras con esa Kinect que, ya os dije, vale para cazar fantasmas. 

 

Sin embargo, Microsoft ha optado por dejar ese algo nuevo en el discurso de partida que abandonarán definitivamente con las nuevas ONE sin Kinect en junio. Han decidido quedarse con el algo viejo, con las políticas calcadas de ese algo azul que es el color del logo de la firma de la competencia. Entiendo que ahora haya usuarios felices, todos aquellos que aún no han dado el salto a la next gen y tienen dos grandes máquinas a las que echar el anzuelo en verano, o tal vez en Navidades. Y entiendo que haya usuarios cabreados. Cabreados no sólo por esos cien pavos de más que pagaron en su momento -las consolas bajan de precio, es ley de vida-, si no por haber apostado por otra forma de hacer las cosas y encontrarse, en apenas cinco meses, que no es otra, si no la misma y, para colmo, peor y dos pasos por detrás

 

Y como siempre, termino el discurso con la misma conclusión a la que me llevan los de Redmond con sus constantes cambios de postura: Estáis más que a tiempo de  ser, de nuevo, una gran compañía, pero para eso tenéis que decidiros de una puñetera vez y dejaros de tonterías de ganar dinero aquí y ahora. Elegid de una vez un ideario, una postura, y seguirlo. Nintendo se ha mantenido a pesar de los pesares, y no dudo que en el futuro lograrán volver a encontrar su sitio en las plataformas de sobremesa. Espero que vosotros seáis capaces también de recuperar lo que os hizo grandes -aunque incomprendidos- allá por el año 2000. ¡Qué demonios! se lo debéis a todos los que apostaron por vosotros cuando el legado de Mattrick aún estaba fresco.

 

¡Nos leemos!  


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