1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Ni Days Gone ni RDR2, el mejor modo detective es el de Secret of Evermore con su perrete

¡Busca, busca!
Por Adrián Suárez Mouriño

Creo que hay dos cosas que todos tenemos más o menos claras. Teniendo en cuenta que las IA que simulan ser humanas nunca van del todo bien y tienden a romper la coherencia de la partida, los enemigos más creíbles son los zombis y derivados, mientras que los mejores compañeros de equipo son los perretes.

 

Amo Secret of Evermore. Me parece un videojuego de rol japonés hecho en América muy bien escrito, sabiamente contenido, divertido, con una BSO potente, un desarrollo con un ritmo estupendo y con detalles geniales: el esqueleto que va con su barca por el desierto, el mercado, la alquimia y, sobre todo, el perro.

 

Hay algo estupendo en Secret of Evermore y es cómo está construida relación de sus partes. Necesitas los poderes que te concede la alquimia para avanzar. Esta especia de magia depende de los materiales que encuentras explorando. Necesitas partes de cera y ceniza para esto, hueso y alquitrán para lo otro… Y has de encontrarlo explorando, para lo que necesitas a tu perro que, con su olfato, localiza todos estos ingredientes, invitándote a indagar en cada esquina y a superar los pequeños retos a los que esto te conduce.

 

 

Secret of Evermore usa a tu compañero peludo para vincular combate, exploración y narración. Y se le coge mucho cariño porque ataca, te protege y se duerme plácidamente a tu lado. Es tan riquiño... también porque cambia su aspecto a medida que avanzas por los mundos inventados de Evermore. En esencia, el perro cumple un papel que creemos inventado en The Witcher 3 o en la serie Batman Arkham: el conocido modo detective; pero en realidad ya teníamos con nuestro colega la habilidad de que ‘algo’ nos llevara a los puntos calientes del escenario.

 

Lo interesante de usar así a un perro es que desvinculas al héroe de este poder. Es raro cuando en Days Gone, RDR 2 u Horizon Zero Dawn, cambia el aspecto del escenario, se añaden colores y partículas para simular que estamos recurriendo a una especie de sexto sentido para localizar un rastro. La información se nos da de una forma demasiado absoluta y sin gracia. Sin embargo, en Secret of Evermore tenemos que esperar a que el perro encuentre el rastro e ir tras él poco a poco. Como es un ser vivo, no una máquina (al menos, no siempre), a veces se equivoca o cree que ha encontrado algo pero luego se detiene y prefiere rascarse.

 

Siguiendo las enseñanzas de este estupendo juego de rol, creo que sería interesante añadir a un segundo compañero; sí, a un perro, más a menudo en los videojuegos para sustituir este modo detective que ya huele a rancio. Y ojalá se le pueda acariciar la cabecita, por supuesto.


<< Anterior Siguiente >>