Mercado cíclico: El regreso de la moderna aventura gráfica
Llevo una semana dándole vueltas a las noticias, y cada vez me queda más claro que el género de la aventura gráfica está pegando cada vez más fuerte y volviendo, poco a poco, al territorio de las consolas.
Y sí, hablo de las consolas
porque todos sabemos que el género nunca se fue de PC. Sin embargo, echándole un ojo al panorama consolero y Nintendo 3DS a un lado, las aventuras gráficas y las plataformas de sobremesa nunca llegaron a llevarse demasiado bien.
Al principio se intentó, vaya si se intentó: Maniac Mansion, ShadowGate, Uninvited, Deja-Vu y King's Ques V para NES, Alex Kid in High Tech World, The fantastic Dizzy y King's Quest para Master System, Scooby Doo y Addams Family para Mega Drive.
Playstation -la primera, la de 32 bits-, le dió todavía más caña al tema con Road to El Dorado, la saga Broken Sword, Amerzone, los fantásticos Discworld, Discworld II y Discworld Noir, Myst, el extraño The X-Files, el brillante Policenauts... En definitiva un buen puñado de títulos entre los que se incluían el fantastico pero inmanejable Cyberia y el frustrante Ark of Time.
Sí, Playstation fue un bombazo para los que no podíamos poner nuestras grasientas manos sobre las aventuras gráficas de PC, pero también fue la demostración de que el género no acababa de casar bien del todo con las tecnologías del mando. Playstation 2 sufrió este convencimiento con un catálogo mucho más restringido en el que basura de la talla de El Código da Vinci se codeó con un Quantic Dream que empezaba a despuntar con Fahrenheit, la tercera entrega de Broken Sword, unos insuficientes Syberias y unos potentes Still Life y Post Mortem.
Xbox también recibiría lo suyo con mención especial de The Longest Journey y Dreamfall. Dreamcast lo partiría con D y D2, y ya entrando en la anterior generación, Playstation 3 y Xbox 360, el reino quedaría en manos de los pesadísimos chicos de Telltale Games.
El monopolio de la Aventura Gráfica de Telltale Games
La anterior generación fue presa casi exclusiva del monopilo de Telltale Games en lo referente a la aventura Gráfica. Desde Monkey Island Tales o Regreso al Futuro hasta Tales of the Borderlands o Canción de Hielo y Fuego -eh... Game of Thrones, perdón- pasando por Walking Dead, The Wolf Among Us y el futuro Minecraft Story Mode que ya empieza a tocarle las narices al personal, Telltale Games parece haber absorbido el concepto de la aventura gráfica para toda su gloria.
Oh, sí, ahí quedan el espectacular Heavy Rain y el polémico Beyond: Two Souls de Dave Cage y Quantic Dreams para Playstation 3, el experimento ecléptico de Swery con Deadly Premonition, y al lado cosas como GreyMatters. Sin embargo, los de Telltale Games parecían haber conquistado el género y no dejar sitio a nadie para llevarlo a otro nivel en consolas...
...Hasta ahora.
Y es que las aventuras gráficas están volviendo a pegar fuerte en cuestión de un par de años. Por un lado volvemos a mencionar a Swery con su Dark Dreams Don't Die -D4-, por otro aplaudimos a los quejicas y pesados de Dontnod Entertainment por su Life is Strange, y junto a elos, el boum del mercado alternativo con cosas como Her Story, The Vanishing of Ethan Carter con un Adrian Chmielarz que parece haber aprendido la lección o el esperado Everybody's Gone to the Rapture que lleva a Chinese Room a aprovechar todo lo aprendido con Dear Esther en PC.
A su lado, el regreso de clásicos con Grim Fandango y Day of the Tentacle de la mano de los viejos nombres de Lucas Arts, y como colofón, los experimentos de títulos como The Unfinished Swan o Ether One.
En definitiva, el mercado sigue evolucionando, y aunque los géneros vuelven de forma cíclica, parece que lo hacen respetando las nuevas tecnologías y las nuevas formas que tenemos de jugar. Aventuras gráficas clásicas se dan la mano con otra forma de entender el género en primera persona sin necesidad de peleas y combate donde el juego en sí ya es suficiente para satisfacer al jugador... Y eso es estupendo.
¡Nos leemos!
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