Una cuestión de confianza: Por qué espero Shenmue III
Ahora que el revuelo ya ha pasado, mientras vemos que Inafune vuelve a pedir dinero, es el momento de explicar por qué esperamos Shenmue III. Y es que, una vez comprendida la noticia, una vez asimilada su realidad y los dos años que nos separan de su lanzamiento, es el momento de explicar a quién no comprenda la obsesión que tenemos con Shenmue los motivos que más que movernos nos conmueven a confiar en el maestro.
No vamos a hablar el juego en sí
Para eso ya tenéis un completito MGRetro que escribí en su día y que podéis ver aquí. Lo que quiero explicar es el motivo por el que hace unos días ponía a parir a Keiji Inafune por haberse sacado el bono de 10 financiaciones Kickstarter y, sin embargo, apoyo con todo mi corazón el proyecto de Suzuki, Ys Net, Sony y Shibuya Productions en lo que refiere a éste Shenmue III.
El motivo, como no podía ser otro, es la confianza. Una confianza que no se compra ni con todo el dinero del mundo, y que sólo puede lograrse con empeño, con esfuerzo, con un currículo ejemplar y con una honradez a prueba de bombas y demostrada a lo largo de toda tu carrera.
El pasado del maestro
hablar de Yu Suzuki es, como comento en el MGRetro, hablar de videojuegos, de evolución y de afán de superación. Es hablar de una AM2 que supo, como Rockstar en nuestros tiempos, ir siempre varios pasos por delante de la competencia con títulos como Space Harrier, Hang-on y After Burner. Es hablar de una compañía que inventó el concepto Virtual y que supo adelantarse a su época con Vitual Fighter, Virtua Soccer, Virtua Racing y el excelente Virtua Cop.
Es, en definitiva, hablar de la obra cumbre del maestro y su equipo: Shenmue, un juego que, quince años después, sigue sin haber sido rozado por ninguna otra obra a pesar de los años y la evolución tecnológica que hemos sufrido en la pasada década y media tras el nacimiento de Dreamcast, una consola que se resiste a morir todavía hoy.
El pasado de su obra
Como decía, Shenmue ha sido una obra cumbre e irrepetible, un juego al que hemos visto apuntar otros títulos como el Yakuza de la propia Sega o, saltando las distancias, el Omikron: Nomad Soul de Quantic Dream. El misterio de esa naturaleza irrepetible va mucho más allá de sus mecanicas, de esa vida de barrio de la que nos hablaba Mou y de la intensidad de su historia y la forma de llevarla a cabo.
Y es que la magia de Shenmue radica, sobre todo, en el absoluto mimo con el que Suzuki y su equipo trató a la historia desde el principio. Desde el uso de una época que para ellos es realmente importante, hasta el de la pequeña comunidad en la que el joven Hazuki crece como el hijo de un maestro de las artes marciales de la talla de su padre. Ese mimo tiene un planteamiento básico en el que cuajan las enseñanzas del padre de Ryo a modo de flash back y la educación de un pueblo y sus habitantes que demuestran una cortesía y unos valores que han cambiado en los últimos años.
Ese mimo nos muestra una historia profunda plagada de personajes carismáticos, una historia en la que se pueden comprender todas las vertientes de los sucesos que se desarrollan ante nuestrtos ojos y que nos permiten vivir y soñar con esas experiencias vividas en el videojuego como si fueran momentos que se han dado en nuestra vida real.
La evolución del maestro y la obra
Sin embargo, dejando a un lado Shenmue, su mimo y el currículo del maestro, sigo confiando en Yu Suzuki porque si algo ha demostrado a lo largo de su vida es que el dinero no es el motor que mueve su ambición. Ya desde el principio, Suzuki no ha esquivado ni un sólo detalle con el que convencer al público de compartir con ellos su obra, y en estos catorce años que han pasado desde Shenmue II, no ha querido rendirse ni sacar un producto mediocre con el que hacer dinero a espuertas sin preocuparse por sus fans.
Yu Suzuki ha tenido siempre muy claro cómo y con quién continuar su historia, y si bien ha tenido que ceder en lo que respecta al número de capítulos, sigue convencido en querer presentar el juego que su mente sueña al margen de lo que los objetivos le permitan conseguir. Sabiendo esto, escuchando y leyendo sus palabras en Kickstarter y recordando lo que en su momento fue Shenmue, es imposible no confiar en el maestro, convencidos de que diciembre de 2017 será un momento clave para la industria.
¡Nos leemos!
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