Legends of Runeterra, una propuesta prometedora y distinta a Hearthstone
Que Hearthstone abrió la lata de los videojuegos de cartas es algo en lo que podemos llegar a estar de acuerdo. Blizzard allanó el camino de TES Legends, de Gwyn, y hasta de propuestas single player como Slay the Spire, y aunque es cierto que parece que el furor por Hearthsone haya menguado, también lo es que no ha habido ningún juego en condiciones de mirarle de tú a tú. Puede que Legends of Runeterra cambie esa realidad.
Al menos, las sensaciones con la beta son lo suficientemente buenas como para creerlo. Se nota que Riot encara esta nueva década con ganas, y que sus propuestas paralelas a LoL (Team Fight Tactics, Runeterra, su RPG, su juego de lucha y su hero shooter) son -además de un grito de guerra a Blizzard- trabajos en los que la gente se ha sentado varias veces en la mesa de reunión. Runeterra es distinto, pero sabe recoger lo que han ido sembrando sus rivales.
Para quien llegue de nuevas, esto se divide en más turnos de lo que lo hace Hearthstone. Los momentos de ataque y defensa están más diferenciados, y también las cartas primero se invocan (gastando maná) y luego decides si sacarlas o dejarlas en la zona intermedia, que es ese limbo que está entre el mazo y la mesa. Hay carriles, pero no como en Gwyn, y las cartas solo pueden bloquear el daño relativo a su vida; dicho de otro modo, en cada turno te pueden hacer daño aunque todas las cartas de ataque estén defendidas.
Pero lo verdaderamente atractivo son las mejoras porque, ojo ahí, las cartas suben de nivel en plena partida. Evolucionan. Cada una requiere unas condiciones específicas para llegar a su máximo potencial, y como podéis imaginar aquí el juego de sinergias se pone francamente interesante. Todo lo que ya conocéis si venís de Hearthstone también está ahí: los gritos de guerra, los escudos, los hechizos (con un “girito”, porque tienen su propio recipiente de maná, que se rellena con el sobrante de cada turno), las pasivas y todo lo que os podéis imaginar.
La gran baza con la que quiere jugar Riot es que todas las compras se reducirán simplemente a lo estético. Si quieres un mazo concreto, podrás hacerlo sin dedicar horas de farmeo. Simple y llanamente, no se paga por cartas. Veremos cómo responde la competencia. Se agradece, también, que el juego se tome su tiempo con el tutorial, y que de hecho haya una sección específica en el menú con más factores que ir aprendiendo y asimilando con calma, cuando uno quiera. Hay mazos predefinidos, partidas estándar e incluso ya se pueden jugar clasificatorias, todo en una beta abierta que podéis probar desde ya en PC. Es un buen comienzo, y eso es lo mejor, que apenas acaba de empezar.
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