La segunda vuelta a Devil May Cry 5 es algo obligado
Todos los Devil May Cry merecen una segunda vuelta. Si me apuráis, todos los hack’n slash. Visto así, parece que hoy venga a comentaros una obviedad, pero es que dentro de todo ese grupito en el que está DMC 5, diría que él destaca especialmente en eso de volverlo a jugar. Porque aparcarlo tras los créditos es un crimen que no deberíais cometer si no queréis ir al infierno, siempre es mejor seguir matando demonios en la tierra.
La razón principal por la que DMC 5 invita al replay es porque la nueva dificultad, Hijo de Sparda, cambia todos los enfrentamientos. Se acabó eso de tener que esperar a que los enemigos vayan presentándose; ahora, desde el primer nivel, la variedad de rivales en los combates es una constante y la cantidad de los mismos se eleva considerablemente. Digamos que la primera vuelta es un tutorial y en la segunda empieza el showtime.
Eso último es bastante literal, puesto que el abanico de movimientos no para de abrirse -especialmente con Nero y Dante- y que no son pocos los orbes rojos necesarios para ir comprando novedades (movimientos, ampliaciones, etc.). No exagero si digo que hasta la tercera vuelta no he ido con los tres protas con todo desbloqueado. Con esto en mente, es cierto que disfrutar de lo que ofrece DMC 5 en toda su amplitud requiere tiempo, pero es una inversión que compensa.
Porque a medida que tu personaje se hace más fuerte añadiendo variedad a su moveset, también se hace más molón, y la molonidad es una constante que el juego te pide mantener y elevar tanto como sea posible. Alcanzar puntuaciones de S o más empieza a resultar bastante más asequible con muchos más recursos ofensivos en tu haber -y más enemigos que eliminar- y es que aunque la cosa no sea tan fácil, en el fondo pides que se complique. También hay que decir, eso sí, que el pico de dificultad sabe ir subiendo gradualmente.
No hay nada más representativo de lo dicho que ver cómo Devil May Cry 5 acaba con un tutorial en sus créditos porque todavía hay cosas nuevas que hacer. Te pide que no te vayas. Además, no hace tanto hemos ampliado el poder de un personaje sin apenas poderlo explotar, lo que da más motivos para volver a empezar la aventura disfrutando de todo lo que ahora puede ofrecer. Yo al menos me he divertido más con la segunda vuelta que con la primera (que ya es decir), tras hacerme a sus tres personajes y después de que lo tengan todo desbloqueado. Hablamos de una experiencia que va abriéndose poco a poco, y merece la pena verla madurar hasta el final.
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