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La revolución de las microconsolas

De Ouya a Game Stick pasando por eSfere
Por Jaume Esteve Gutiérrez

Ayer os hablamos de Ouya, hace unas semanas de eSfere y en estos primeros días del año ha aparecido Game Stick, otra consola de bajo coste basada en Android y pensada para jugar en cualquier lugar. ¿Qué está pasando? ¿Realmente hay una demanda de consolas de este tipo? ¿Existe un nicho? ¿Triunfará alguna de ellas?

 

Tenemos demasiadas preguntas y, hasta la salida de Ouya dentro de un par de meses, ninguna respuesta. Lo que sí parece claro es que existe un grupo de usuarios que apuestan por una revisión de la consola tradicional alejada de los modelos que hemos conocido durante los últimos veinte años. En lugar de plataformas muy caras y cuyos juegos no bajan de los 60€ de salida existe una corriente que se la quiere jugar por eliminar ese escalón de entrada haciendo un producto asequible y que haga del free2play su bandera.

 

Game Stick

 

Me comentaba el amigo Toni Piedrabuena que todo esto lo huele a una subida al carro del éxito de Ouya y poco más. Y aunque si bien es cierto que la sentencia parece demoledora después de que su campaña finalizara con más de ocho millones de dólares recaudados, el interés que están despertando propuestas como la de Game Stick me parecen dignas de mención.

 

Abierta la veda de la consola basada en Android, ha llegado el momento de perfeccionar ese modelo. Game Stick apuesta por miniaturizar la consola hasta convertirla en un maldito pen drive. Ríete tú de los rediseños de Xbox o PS3, de años y años de de investigación y desarrollo para conseguir una carcasa atractiva. Pero, tonterías aparte, ¿quién necesita un mueble que lo único que hace es ocupar espacio mientras taladra nuestros tímpanos?

 

Si Ouya apuesta por una consola minúscula, pero que todavía tiene que tirar de cables, Game Stick quiere borrar ese concepto de la faz de la tierra. En el bando opuesto se encuentra eSfere. No nos engañemos, los amigos no van a conseguir el objetivo de financiación ni de coña: no han llegado a 2.500 dólares y su techo está en los 390.000. Pero eSfere propone una idea remarcable, con un mando pensado para que el jugador lo diseñe a completamente a su gusto. Una idea que me gustaría creer que no va a perderse en el olvido aunque la consola no vaya a ver la luz del día.

 

Pese al fracaso de eSfere, parece claro que Ouya y Game Stick se van a tener que repartir el pastel del videojuego basado en Android para televisores. La primera cumplió con creces su objetivo y la segunda no va a tener problema. Ha pedido 100.000 dólares y, en el momento de escribir esta entrada, ya había recaudado más de 75.000 con 29 días de campaña por delante.

 

 

Pero si algo me preocupa es el resultado final de lo que podamos ver en pantalla. Ya hemos visto que lo que funciona en consolas de sobremesa no tiene por qué hacerlo en dispositivos móviles y vice versa. Son una herramienta que tiene unos usos muy particulares: partidas cortas, entornos de pasoy una jugabilidad tirando a lo casual. En definitiva, está en las antípodas de lo que un jugador le pide a una consola de sobremesa, pensada para títulos con mayor profundidad y para poder jugar en la tranquilidad de tu casa.

 

¿Se van a convertir Ouya y Game Stick en repetidores de todo lo que se encuentra en el Google Play? Espero por su bien que no, porque el fracaso va a ser sonado. Pero creo sinceramente que hay un nicho, no sé de qué tamaño, dispuesto a llevar otro planteamiento de videojuego a casa. Eso sí, dudo que haya mercado para tanta consola low cost a no ser que el catálogo merezca realmente la pena. En ese caso, apúntenme un Game Stick. Tener una consola de sobremesa del tamaño de un pen drive es un lujo que no podría dejar escapar...


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