La imparable carrera de Real Racing 3... ¿es para tanto?
Cuando se presentó en sociedad, el iPhone 5 llegó de la mano de la tercera entrega de Real Racing, el juego de carreras diseñado por Firemonkeys y distribuido por Electronic Arts y que pretende exprimir todo el juego al título. Analizamos pros y contras tras su estreno después de que la editora haya sacado pecho tras las primeras semanas del juego en la calle.
Los números, todo sea dicho, son de vértigo: ha sido la aplicación más descargada de la Appstore en 90 países, ha tardado una semana en igualar las carreras que se hicieron a Real Racing 1 y 2 combinados, se compite una media de 25 millones de veces por día y, hasta la fecha de la última nota de prensa, se habían completado 350 millones de carreras.
Los números, como de costumbre, son fríos. Nos dan unas cifras escandalosas, sí, pero en este caso es importante contextualizarlas. El mayor cambio de Real Racing respecto a versiones anteriores es la propia concepción del título: de convertirse en una app de pago, y algo por encima de los rangos a los que estamos acostumbrados, la tercera entrega ha optado por el modo free2play, lo que ha potenciado este subidón en las listas de éxitos y la consecuente explosión en cuanto a horas de juego.
Como juego de carreras, Real Racing 3 hace algunas cosas muy bien y otras no tanto. De ahí que un vistazo a Metacritic nos dé un espectro crítico que va desde la alabanza de IGN al desprecio de Eurogamer. Visto lo visto, uno ya no sabe qué pensar, ¿es el futuro de la conducción o una estafa con todas las letras?
Es innegable que es un juego espectacular desde el punto de vista de la estética. Su acabado gráfico es inapelable salvo algunos detalles (esos píxeles en las imágenes de los retrovisores) pero, en líneas generales, estamos hablando de un título que no tiene nada que envidiar a cualquier AAA para consolas portátiles. Es más, me atrevería a asegurar que incluso luce mejor que el Need for Speed Most Wanted de Vita, que ya es decir.
A esta excelencia visual se une un catálogo de competiciones tan extenso que abruma de buenas a primeras. EA asegura que hay más de 900 carreras distintas repartidas en varios modos de juego por lo que estamos ante un título de una extensión más que considerable. Un título que, a la hora de la verdad, se defiende como el primer gran juego de carreras por control táctil. Más que táctil, donde Real Racing 3 triunfa es en su uso de los giroscopios: en comparación con su antecesor, esta tercera entrega juega muy bien esa baza y obliga al jugador a conducir con buena mano ya que los volantazos se pagan con derrapes y pérdidas de tiempo en pista.
Pero Real Racing 3 tiene baches. Se ha hecho especial hincapié en su uso del free2play y si bien comparto algunas de las quejas, otras me parecen pataletas. Es cierto que el juego te obliga a hacer reparaciones cada pocas carreras y que estas conllevan tiempo (o dinero, para hacerlas de inmediato), una dificultad que se soluciona de inmmediato en cuanto dispones de más de un coche en el garaje.
Pero sí que es cierto que, como le sucede a CSR, pasar por caja se erige en la única alternativa para hacerse con un buen garaje sin tener que malgastar toda una vida corriendo en eventos un día y otro también. Es en esa falta de destreza a la hora de premiar a los jugadores expertos donde Real Racing 3 cojea y donde se le ven las costuras al modelo de negocio, más enfocado en el beneficio a toda costa que en ofrecer una curva de dificultad al jugador que le permita tener la libertad de escoger cómo ampliar su colección.
No querría acabar sin hacer una mención a la IA de los rivales, un tema que se pasa por alto en los grandes medios y que es, en términos jugables, la mayor lacra del título. Todo lo que tiene Real Racing 3 de AAA lo pierde en cuanto el resto de pilotos pisan el acelerador. Estamos ante unos rivales incapaces de sortear a un coche en una recta si se cruza en su trazada. Con semejante comportamiento, no extraña que Firemonkeys haya logrado juntar a más de una veintena de vehículos por carrera ya que su comportamiento no difiere en exceso del de una máquina.
Con la cartas sobre la mesa, Real Racing 3 es un buen título pero tiene sus aristas. No es el gran AAA para móviles y tabletas (donde el juego adquiere realmente toda su magnitud) pero abre nuevas vías de cara al futuro, sobre todo en lo relativo al control del vehículo. Con un free2play más ajustado, estaríamos hablando de un juego muy distinto...
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