La diferencia de un año en una nueva consola

Ya hablamos en su día de lo que suponía que Xbox One se deshiciese de la obligación de Kinect. No fue un buen gesto con los primeros compradores de la consola, ilusionados por la llegada a la nueva generación pero que se encontraron un producto a medias, con mucho en falta y mucho sobrante.

 

Ahora se anuncia que Xbox One llega en septiembre a muchos más mercados más allá de esos trece iniciales. Muchos países del centro de Europa, países latinoamericanos con importantes comunidades de jugadores, y claro, Japón, ante lo que muchos estamos expectantes por ver cómo se desenvuelve Xbox One tras el fracaso estrepitoso de Xbox 360, y teniendo en cuenta que ni siquiera a PlayStation 4 han reaccionado tan bien como en el resto del mundo. Expectación e incluso un poco de envidia al ver que estos otros países pueden disfrutar de un estreno por todo lo alto, de verdad.

 

Esta espera de casi un año, del 22 de noviembre de 2013 a septiembre de 2014, ha supuesto muchas cosas. No sólo rellenar un catálogo de lanzamiento al que, estando muy bien (y mucho mejor que el de su competencia), le faltaba la chispa de Titanfall para ser definitivo. Ahora Xbox One está más completa, a nivel funcional, y aún quedan mejoras que pueden llegar en actualizaciones del firmware de aquí a septiembre que la harán mejor, mientras que nosotros aún nos peleamos por ver cómo hacer un grupo de chat de voz, algo que ya tendría que haber dejado de ser un problema, pero son detallitos que se recuerdan.

 

 

Y no sólo es eso, claro. Es la posibilidad de elegir. No elegir packs de lanzamiento, ya que por suerte nosotros tuvimos muy buenas opciones y los juegos regalados en el Day One hacían que mereciese la pena, pero no pudimos elegir tener la consola al precio de PlayStation 4, sin Kinect. Ahora se puede elegir, y hace que la compra sea mucho más interesante sin la obligación de tener una cámara para ver en qué pierde el tiempo Rare.

 

Y por supuesto, también es que ahora con una consola y Xbox Live Gold ya puedes empezar a jugar al menos a un par de juegos con Games With Gold. No a los mejores, pero algo es algo. Los títulos de lanzamiento ya son fáciles de conseguir a precio reducido, y más lo serán en septiembre. Y claro, el catálogo de lanzamiento que tendrán ya tendrá otra pinta, y es que aunque en el fondo no sean novedades, nada me impidió, por ejemplo, alucinar con Star Wars: Rogue Leader en su día en una GameCube que llegó con más de medio año de retraso.

 

Será raro, claro, que de los 29 juegos del catálogo inicial vendan varios como experiencias de nueva generación cuando las siguientes entregas estarán a la vuelta de la esquina, con FIFA 15 sólo unas semanas más tarde, con los nuevos Call of Duty, Battlefield y Assassin's Creed un poco más tarde...

 

Pero por supuesto esto de que sea mejor esperar no es sólo para Xbox One. En One ha habido una bajada de precio a costa de eliminar lo innecesario, pero a PS4 aún le hace falta algo más que el nombre, mejores multiplataforma y un montón de indies para que la balanza se incline de verdad a su favor, y claro, Wii U, a la que le ha hecho falta un año y medio para hacerse valer. Tenerlo todo el primer día y sentirse parte de una nueva generación tiene mucho encanto, pero no se puede negar que esperar merece la pena. Al menos esta vez los sujetos de pruebas no han tenido millares de consolas defectuosas.

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