Itagaki nos echa la culpa: La prensa no sabe jugar videojuegos

Tomonobu Itagaki sigue decidido a defender su Devil's Third con uñas y dientes, cuan madre de hijo único ante camión de carga y 18 ruedas. Si el otro día hacía el chiste fácil con los requisitos mínimos y pidiéndole a la prensa un mínimo de imaginación para ver lo chulo y maravilloso que es su juego, hoy opta por el ataque directo, un poco velado, eso sí, pero es que no deja de ser japonés. 

Estos tipos de la prensa...

Hay una cosa que me llama mucho la tención y en la que nunca he entrado: la manía que tienen muchos de mis compañeros de hablar de la prensa especializada entre comillas, con una sonrisa despectiva y escupiéndose en un ojo, como si la prensa de videojuegos -o ya puestos la de música, cine y demás formas de ocio y arte-, no fueran, realmente, una forma seria de hacer periodismo. 

Nunca he entendido muy bien esa costumbre. Es como si se avergonzaran de su trabajo, como si consideraran que su labor escrita es casi un chiste, una pamplina, un algo que traiciona sus altos estándares y el juramento símili-hipocrático que realizaron al convertirse en 'periodistas de verdad'.

Je...

Como digo es algo que me suena a coña, y no porque considere que la prensa especializada de videojuegos sea el colmo y el sumum de la investigación periodística, sino porque considero que entre prensa rosa, prensa amarilla, propaganda, publicidad velada y sensacionalismo, son pocos, muy pocos, los profesionales del medio informativo -sea del género que sea-, que llevan a cabo su labor de forma rigurosa, veraz e impecable. 

Lo que vengo a decir con esto es que me toca los huevos que se ridiculice la postura de quien escribe sobre videojuegos sólo porque es el medio que mejor maneja y domina. Cuando encima llega un creador de videojuegos y añade la leña del 'no sabéis jugar' a la hoguera de todos estos pseudo-intelectuales de boquilla, el fuego arde con menos gracia y menos sal. 

Es mi juego y lo quiero

Y nadie puede culpar a Itagaki por ello. Es normal que el maestro defienda a su criatura, aunque le haya salido fea y con alguna que otra tara grave, y hasta aquí todos de acuerdo y nos echamos unas risas con sus requisitos mínimos. Sin embargo, cuando las risas pasan de esos requisitos mínimos a un 'la prensa no tiene ni puta idea, no os fíeis de ellos', la cosa cambia muchos enteros. 

Porque sí, estamos aquí para pasarlo bien, para disfrutar de análisis profundos y ludonarrativos, para saber algo más de ese juego que esperamos o para, simplemente, reirnos con alguna parida sobre esas pamplinas del sector. Buenos momentos y lecturas gratas, cuyo fin último e inamovible es La platónica Verdad. El deber, la obligación que todo redactor tiene para con sus lectores: Advertirles y aconsejares para que no tiren a la basura el dinero que tanto les cuesta ganar y evitar que reserven aquellos juegos que no justifican su precio. 

Malas mañas no, Itagaki

Es por eso que me cabrea el retintín de los que usan las comillas para todo, porque minan una labor que no deja de ser importante. Es por eso que me cabrea la última gracia de Itagaki en su facebook, porque con esa última morisqueta lo que pretende es minar la confianza en los análisis y lograr rascar un par de reservas de un juego que es al currículu del maestro lo que La Calavera de Cristal a la saga de Indiana Jones.  

[Sobre las previews] Chicos, al fin entiendo las reacciones: Devil's Third es un juego que refleja en vivo y en directo la habilidad del jugador. Esa es la Verdad"

 

Itagaki va de aprovechado y nos dice que la prensa no valora su juego porque no sabe jugar, el equivalente videojueguil y tontorrón del 'esa tía me ha dicho que no porque es una zorra'. Una excusa barata, triste y muy infantil para alguien que debería estar muy por encima de todo esto, pero en fin... Es posible que tenga razón. Es posible que el problema no sea la animación digna de los tiempos de Play2, los gráficos de chiste, los bugs de juzgado de guardia, un personaje con la expresividad de un pepino o un entorno con aspecto noventero.

Es posible que sí, que la culpa sea nuestra.

Incluso es posible que la culpa no sea de ese momento batería que da vergüenza ajena. 

Es posible, sí... Pero lo dudo. 

Agosto dirá. 

¡Nos leemos!