Insomniac, Bioshock y los mundos bellos pero terribles
Con el hermoso texto de Bioshock 2 del guapo Diego y el teaser publicado por Insomniac de su nuevo proyecto que hoy se descubre, me doy cuenta de lo mucho que nos gustan a todos los escenarios que aúnan peligro y diseños hermosos. Nos fascina adentrarnos y descubrir un lugar que es tan bello como letal. La serie Bioshock, incluido el desprestigiado pero adorado por un servidor Bioshock 2, basa casi por completo su encanto en construir, con su escenario, una ambientación de sueño terrible para luego entregar su trama.
Cuando volamos hasta Columbia, volvemos a encontrarnos esa dualidad: el peligro de caer al vacío y la belleza de una ciudad que vive ajena a esta realidad. Es un mundo de Oz en el que nadie habla de que existe una bruja con ganas de matar. Bioshock Infinite, en mi opinión, es el peor de toda la trilogía, y aún así, pese a su narrativa esclavista y a su jugabilidad tan pobre, llegue hasta su conclusión, movido por explorar más de esa Columbia.
Lo maravilloso es cuando la jugabilidad decide aprovechar ese escenario. Bioshock solo usa su entorno como un escenario para dar ambiente y apoyar su relato, como el decorado de una obra de teatro sobre los que los actores no intervienen. No es hasta que llega Infinite que el personaje toma consciencia de la ingravidez de batallar sobre los cielos, con su gancho. Existe un indie que me apasionó en su momento, uno en el que la jugabilidad necesita a su ambientación opresiva para desarrollarse, y esta define incluso la apariencia del propio héroe.
Hablo de The Swapper, otro título del que también habló Don Diego en uno de sus especiales indie. En el espacio nadie escucha tus gritos, ¿pero y el de tus clones que creas solo para emplearlos como herramientas y luego matarlos? Existen otros tantos videojuegos independientes que hacen un uso inmersivo a través de la jugabilidad y el personaje de estos entornos, pero son los menos.
En este momento bonito en el que Resident Evil quiere volver a resurgir de su antiguas cenizas, o entendemos que quiere como hablamos en el último MGPodcast, podría realizar este empleo del escenario aterrador pero hermoso, pero llevándolo a la jugabilidad. En Revelations se nos enseñó un barco que llegaba a hundirse, pero eso solo sirvió para entregarnos un tramo jugable basado en sumergirnos y nadar, en el Resident Evil original se usó también el agua para hacernos avanzar lento y ser asediados por un tiburón, es decir, existe un buen abanico de permeabilidades para que el escenario agreda y cause terror en el personaje.
Ojalá que de salir un próximo Bioshock 3, un nuevo Bio Hazard u otro título, este escenario hermoso pero horrible se convierta en el auténtico amigo-enemigos al que amas y odias a la vez, también en ese juego de Insomniac del que queremos saber más.
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