1. Mundogamers
  2. Noticias

Fish Plays Pokémon contra Twitch Plays Pokémon

La meta de 25.000 firmas no parece suficiente
Por Rafa del Río

Twitch Plays Pokémon fue algo hermoso. Revisando el artículo que escribí al terminar la epopeya de Pokémon Rojo he recordado con fuerza el cómo fue seguir este maravilloso evento. Ha continuado más allá, con la historia expandiéndose hacia nuevas generaciones. Pero como ya decía ese anuncio de chocolates Nestlé: “Todo lo bueno se acaba”. Al final el fanart ha perdido fuerza, las discusiones se han apagado, el público ha buscado otros lugares y Twitch Plays Pokémon es una sombra de lo que fue otrora. Otros han intentado hacer Twitch Plays [inserta juego aquí], pero nadie iguala al original. No hay un heredero digno.

 

¿O no?

 

Hace pocos días ha aparecido Fish Plays Pokémon. Es exactamente lo que os imagináis: un pez jugando Pokémon. Voy en serio. Un programa divide la pecera en cuadrantes y asocia cada cuadrante a un botón. Según se mueve el pez de un lado a otro, pulsa botones. La gente simplemente observa sin que pueda interactuar de ningún modo con el pez o los eventos y, tal y como imaginaréis, siendo un pez que ni siquiera es consciente de que esté en una pecera y simplemente vive su vida de pez ignorante, lo que está haciendo es puramente aleatorio y no tiene ninguna dirección. De hecho ni siquiera han logrado salir de Pueblo Paleta mientras escribo este artículo. Y, aún así, hay más de 23.000 personas mirando este streaming ¿nos hemos vuelto locos? Pero Twitch Plays Pokémon surgió también de una premisa estúpida que le habría valido una somanta de palos al primer idiota que lo hubiere sugerido y, viendo las últimas tendencias de los videojuegos de la nueva comedia mecánica (sí, insisto con ese nombre) es casi comprensible que haya tanto fan y tanta gente viendo semejante sandez. Quizá al fin haya llegado. Puede que este sea el heredero de Twitch Plays Pokémon ¿verdad?

 

No.

 

No, definitivamente no.

 

No se llega a este nivel así como así

 

“La sensación de comunidad lo significa todo”, decía el subtítulo del artículo que escribí cuando Twitch Plays Pokémon completó la Liga de Pokémon Rojo, y eso es algo que mantengo. Cuando el General acabó con Bird Jesus en el Monte Platino no lo celebré como si mi equipo de fútbol hubiese ganado la Champions (spoiler, no sigo el fútbol) porque hubiese ocurrido sino porque fue algo inesperado, el resultado del esfuerzo de decenas de miles de personas que tenían una dirección, un propósito y habían facturado una historia. Ocurrió porque vi los mensajes repetidos de “tíos, tenemos que ganar a Misty”, porque vi al Príncipe Omelette destruir a sus enemigos utilizando metrónomo, porque estaba ahí cuando Totodile empezó a lanzar Malicioso para ganarse el título de “King Leer”. Había gente luchando y esforzándose, hubo boicotts, hubo divisiones, luchas, conflictos de intereses. La maldición del tipo fuego. Era todo producto de la gente, de miles y miles de personas tecleando al mismo tiempo, lanzando mensajes en un desesperado intento de hacer que avanzásemos hacia algún lugar. Había corazón porque los mismos que veían los eventos formaban parte del proceso. Era una relación directa con la acción: ese Surf que acabó con Bird Jesus tuvo parte de azar, pero hubo un cambio claro en el streaming durante la pelea. En cuanto se escogió el ataque adecuado, la gente empezó a pulsar A. El panel de códigos se lleno de A, con el ocasional “arriba” o B para liar al grupo, pero ese pequeño momento fue fruto del deseo colectivo por ganar, por repetir ese ataque tan efectivo.

 

Aquí hay un pez. Nada donde quiere. A veces duerme.

 

Fish Plays Pokémon es una diversión pasajera a un nivel más mundano que Twitch Plays Pokémon. En ese streaming había esperanza: la sensación de que, si todos se coordinaban, podían conseguirlo. Esas horas pasadas en el laberinto del Team Rocket que dieron lugar a la división entre democracia y anarquía fueron un momento puro surgido de esa misma voluntad. Una vez que terminaron la Liga, todo parecía posible. Aquí tenemos un pez viviendo su vida, olvidando quién es cada tres segundos (¿o eran seis?) y sin ser consciente de que hay decenas de miles de ojos contemplándole. No hay nada que hacer ni que esperar.

 

Mientras escribo estas palabras el pez ha dejado de moverse y está durmiendo, atascado en un permanente click hacia la derecha, pero eso no cambia mucho las cosas. Aún cuando estaba despierto apenas había logrado moverse un poco de esa esquina. Si acaso a la esquina izquierda. Pero qué más da, es un pez. No sabe lo que hace. No puedes construir nada sobre esa base, la gente no puede esperar realmente que vaya a avanzar. No llegará a Brock, no llegará a Misty, no llegará a la Liga. Me sorprendería incluso que llegase al Bosque Verde. Quizá haya un par de fanarts sobre un pez jugando a Pokémon, puede que con la frase “no tengo ni idea de lo que estoy haciendo” sobreimpuesta en fuente Impact. Pero no puedes forjar una historia ni nada aquí. Es aleatorio, sin propósito. Como la vida de ese pez.

 

No, esperad, se ha movido un poco a la izquierda mientras dormía. Ahora está pulsando la tecla “arriba”. Fascinante.


<< Anterior Siguiente >>