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El Review Bombing solo demuestra una problemática general

Aunque Metacritic tampoco se esfuerza
Por Brenda Giacconi

Visto desde la teoría, Metacritic es una buena herramienta para valorar videojuegos. Tanto prensa como usuarios pueden dar su opinión, por lo que se crea un ambiente diverso que sirve como método de consulta para futuros videojugadores de un título específico. Repito, en teoría.

 

En la práctica, tal y como se percibe en una época donde parece que los límites morales en las redes sociales se han ausentado y la Console War se ha tornado más encarnizada, Metacritic no está bien enfocado. El famoso Review Bombing lo ha convertido en una plataforma de la que el usuario no puede fiarse, además de utilizarse como ejemplo del oscurecimiento de la comunidad del sector de los videojuegos.

 

Ghost of Tsushima PS4

 

Soluciones inútiles

 

Muchos sabréis sobre la nueva implementación en Metacritic de esperar 36 horas desde el lanzamiento de un juego para poder publicar opiniones del mismo, algo que ha venido junto a Ghost of Tsushima, la nueva entrega exclusiva de PlayStation 4. Por desgracia, este no deja de ser otro intento en vano para evitar el Review Bombing, ya que solo retrasa lo que, tristemente, es inevitable en este sector.

 

Porque aquellas personas que le restan valor al concepto del tiempo libre utilizándolo para demostrar su odio en Internet volverán a la carga una vez termine el periodo de espera. La respuesta a esta problemática, entonces, carece de sentido. Y a estas alturas cuesta entender cómo una página web con tanto tráfico y, a la vez, poca lealtad de los usuarios (precisamente por esta disyuntiva) no encuentre una manera eficaz de eliminar el Review Bombing. Por otro lado, tampoco podemos culparles por su mala gestión del asunto, ya que éste, al fin y al cabo, va mucho más allá de Metacritic.

 

Paper Mario: the Origami King

 

Consolas e ideologías como estandartes de la mala educación

 

El dilema no deriva del poco tiempo de juego de los usuarios, tal y como lo enfoca esta nueva propuesta de la página web en cuestión. Sino que la motivación de un gran número de jugadores es la de dejar una huella digital que ilustre su insatisfacción sin fundamentos, a veces de la forma más dañina posible.

 

Es así. Sus comentarios más centrados en causar dolor que en argumentos válidos y coherentes se basan en dos puntos principales: la defensa de su consola favorita, así como la desvalorización de la competencia, y el descontento por ver una ideología no afín a la suya, que a su vez no admite debate alguno. Y aunque Metacritic encuentre ahora mismo una solución perfecta ante este tipo de acciones generalizadas, no nos libraremos de esas palabras ofensivas que se lanzan resguardándose bajo la premisa de la libre expresión.

 

Ellie en The Last of Us 2

 

Porque, por desgracia, esta mancha de bilis que no representa a gran parte de la comunidad de videojugadores se extiende a muchas más plataformas. El hecho de conectarse a Internet para informarnos mínimamente sobre un juego ya abre la puerta a encontrarnos con decenas de impresiones negativas, cuya función no es más que molestar y atacar. Por lo tanto, el problema principal no viene de Metacritic por no encontrar la estrategia perfecta para anular el Review Bombing, sino que va más bien por la línea de la educación general.

 

Me temo que este es un obstáculo que necesita del esfuerzo de todos con aportaciones de granitos de arena (virtuales, en este caso) para recordar que los videojuegos son un hobby para disfrutar, y que su madurez actual permite reflejar cientos de puntos de vista sobre la vida con la base en el entretenimiento. Eso sí, siempre desde el respeto. Y posiblemente este mismo respeto será inútil para según qué personajes en las redes, pero cuantos más usuarios logren dejar esta faceta violenta, mejor será el terreno del videojuego. Solo así garantizaremos a las generaciones futuras la entrada a un sector plural y moderado.


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