El multijugador de Super Mario 3D World da muestras de su perfecto equilibrio

A falta de versión de Switch, la semana pasada encendí mi WiiU y regresé al cálido abrazo de Super Mario 3D World, y ay qué ver, qué maravilla. Además, volví a disfrutar del multijugador, un modo que tenía olvidado y que me volvió a sorprender. De hecho, si hay algo que me cautivó de esta vuelta es comprobar cómo el juego no simplemente aguanta el paso del tiempo, sino que se crece ante el mismo.

Que quede claro que con esto que voy a decir, no defiendo la política de precios de Nintendo con sus revisiones de Switch, pero hay algo que es innegable: si Nintendo lanzara, ahora, por primera vez, Super Mario 3D World, seguiría siendo uno de los mejores juegos del año. Así de impepinable es el diseño y la atemporalidad de un juego que fue lanzado en Europa el mismo día que PlayStation 4, el 29 de noviembre de 2013, hace ya más de 7 años y una generación entera. Ahí sigue, rotundo e incontestable.

El acercamiento al título ha sido diferente a la primera vuelta que le di en su día, en parte porque desde entonces esta web modificó mi forma de abordar el videojuego por todo aquello que comenté ayer sobre el tono y la cercanía. Es decir, el juego es el mismo, pero la mirada no, algo que me ha sucedido con muchos títulos y seguramente os pasa a muchos de vosotros. Lo que no es tan habitual es que un videojuego que en su momento me pareció tremendamente ejemplar, ahora luzca todavía mejor, y ha pasado.

En este sentido hay una idea que no se me va de la cabeza, la de la accesibilidad, algo vinculado a 3D Land y a la extensión que 3D World significa sobre este, y que los principales creadores (Hayashida, Koizumi, Motokura y Miyamoto) señalaban en el "Iwata Ask" dedicado al título de WiiU. No cabe duda de que ahí se encuentra su núcleo, al igual que el de Mario Galaxy 2 reside en su primera entrega, aunque en este caso habiten en plataformas diferentes. Y si algo hizo Super Mario 3D Land, es acercar los juegos de Mario en 3D al gran público, tal y como señala el propio Miyamoto:

A eso, en 3D World, hay que añadirle la presencia de un multijugador que no pudieron incluir en el juego de 3DS, pero que aquí se presenta sólido, e incluso vacilón, capaz de lanzarnos a la cara el exquisito equilibrio que mantiene el título, que desde sus primeras horas se muestra a la par accesible y exigente. Cuando cogemos el mando, si empezamos a compartir partida con alguien no tan ducho en estos lares, y la sesión no solo funciona y tiene ritmo, sino que además es capaz de presentar escenarios que le facilitan la vida al novato mientras ofrecen retos para el experimentado, es que algo se ha hecho muy bien. Porque esto ya no significa que el juego sea eficiente en esas dos vertientes como lo pueda ser Mario Odyssey, sino que viene a decirnos que lo es al unísono, en el mismo espacio y al mismo tiempo, y no hay tantos videojuegos así.

De hecho, es algo en lo que 3D World se muestra (a mi juicio) más eficaz que Super Mario Odyssey, que fundamenta la amplitud de su reto en la cantidad de lunas y la variedad de procesos para su obtención, asignando una misma recompensa a todos los grados de exploración y pericia que el jugador puede ejecutar. Esa fórmula funcionaba muy bien para plantear el mundo como patio de recreo dedicado a la exploración, pero como contrapartida, terminaba enterrando algunas de sus mejores fases en cuanto a plataformeo puro. Aquí, sin embargo, todo está mucho más claro, el banderín marca un reto, al igual que la obtención de las 3 estrellas y los sellos suponen otro. Pero claro, hay que admitir que 3D World parte con ventaja en este sentido, viene de 3D Land y de su maravillosa exploración de la mezcla entre el esquema de los Marios 2D y 3D, fruto de lo que apuntaba Miyamoto. Como resultado, nos topamos con esta perspectiva única en la serie que le resta control al jugador y, por lo tanto, responsabilidad, mientras mantiene el desplazamiento en tres dimensiones.

Ese control de la cámara por parte del juego libera al usuario de una de las tareas más complejas a la hora de afrontar un Mario en 3D, y le permite centrarse en el desplazamiento mientras se le presenta en pantalla lo que el sistema tiene previsto en cada tramo de cada fase. Así, Super Mario 3D World permite y ha permitido, que pueda jugar partidas con mi novia a día de hoy o con mis hermanos, en su momento, cuando eran pequeños. Algo que pocas compañías saben hacer tan bien como Nintendo, y que seguramente ya sabéis todos lo que estáis leyendo estas líneas. Pero me apetecía hablaros de esta movida, y la semana se acaba, así que aquí queda.

Jugad a 3D World, que es una bestia.