El mejor amigo del videojuego

Siempre decimos que el mejor amigo del ser humano, es el perro. Y es verdad, nunca habrá animal más fiel y altruista. Sin embargo, muchos de nosotros sentimos total devoción por otra criaturita peluda, dejando ver que nosotros somos las mascotas y ellos nuestros amos. Internet ha convertido en su buque insignia al gato; aquel que no pudo entrar en el Zodiaco Chino tiene un lugar muy especial en la red... Y también en los videojuegos.

 

Ya habéis visto mi análisis de The Purring Quest, un juegazo del estudio murciano Valhalla Cats que os recomiendo muy mucho. Pero la aventura de Kimchi no es la única llena de gatetes, pues estos animales también se adueñan de los píxeles. Como loca de los gatos que soy, he decidido hablaros de algunos de los juegos que podemos encontrar por el ancho mundo que tiene como protagonistas (o como ambientación) a estas monadas. Sí, éste va a ser un texto muy cursi, pero yo soy así.

 

No estoy segura de si fue el primero o no, aunque por antigüedad y por descarte, imagino que Alley Cat fue el primer juego protagonizado por un gato, naciendo en 1983 para Atari y en 1984 en MS-DOS. En este título llevamos al personaje gatuno Freddy, que debe pasar diferentes obstáculos para llegar junto a su amada Felicia. Sí, bueno, los gráficos no es que lo hicieran muy adorable, pero entretenido es un rato y es fácil de encontrar, por si alguien quiere quitarse el gusanillo.

 

Un poco más moderno es Rockin' Kats (N. Y. Nyankies en Japón), de NES. Nacido en 1991, nos llevaba a la verticalidad con Willy, un joven gato de Nueva York, que debe rescatar a su novia de las zarpas mafiosas de Mugsy. Todo ello a través de siete niveles a modo de canales de televisión, ya que no somos un gato cualquiera, sino un felino de dibujos animados. Éste quizás se nos pueda acercar un poco a The Purring Quest, con la diferencia esencial de que Willy usa un puño-muelle de esos de broma en lugar de las zarpas.

 

Otro gato que no quiere ensuciarse las patitas es el amor de mi vida: Klonoa. Bueno, puede que Klonoa no sea un gato per se, pero como si lo fuera. Klonoa: Door To Phantomile, de 1997, nos cuenta una historia preciosa en forma de plataformas, con dos protagonistas entrañables. Por un lado, por supuesto, Klonoa, el niño de la Aldea del Viento. Por otro, Huepow, un extraño espírito que habita dentro de un anillo mágico. Anillo que, por supuesto, será nuestra principal arma en el juego. Y cuando digo principal, digo única. Éste es mi juego favorito de todos los tiempos y lo guardo en mi corazón para siempre. Si queréis mi aprecio, ya estáis jugándolo. Pero con emulador, la versión de Wii os la podéis ahorrar (sobre todo con el doblaje al español).

 

El personaje de Klonoa se repite en otras entregas, pero ninguna como la primera obra. ¡Si es que te hace hasta llorar! Yo lloré, y Lisa lloró, y a Maggie le entró la risa. Pero, en fin, que me estoy desviando del tema... Videojuegos de gatos, con gatos, para gatos, por gatos y cuando (?) gatos hay muchos. Sólo hay que saber elegir.

 

Una buena elección – además de Klonoa. Y lo digo en serio, jugadlo, malditos – es Catlateral Damage, un juego jodidamente absurdo pero muy divertido. Es un título en primera persona en el que tenemos una misión principal muy importante: Destrozar la habitación en la que nos encontramos. Somos un gatete muy hijo de puti que tiene que tirar al suelo todo lo que encuentre a su paso en un máximo de dos minutos. Sí, muy chorras, pero engancha.

 

 

Podría seguir hasta la eternidad, y más si me pongo a hablar de juegos para Android e iOS (como Mimitos, qué maravilloso es Mimitos) o juegos pensados para gatos. O juegos en los que los gatos no son adorables, sino malvados, como Team Indie. Peeero no, os dejo que elijáis vosotros vuestro juego gatunil preferido. Y si no conozco los que recomendáis, mejor que mejor, que así me vuelvo más loca de los gatos. ¿Cómo? ¿Que no os gustan los gatetes? FUERA DE MI CASA. 

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