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De Yaiba a Strider: dos formas de hacer ninjas

Pulp y descontrol o elegancia y precisión
Por Víctor Junquera

Los ninjas no son como esas otras modas pasajeras. Los ninjas molarán siempre, o al menos siempre y cuando se hagan bien y se saque partido de ese tipo de habilidades molonas de los ninjas como la súper agilidad ninja, los balanceos con ganchos ninja, las espadas ninja, las magias ninja,... Pero aún así puede haber formas de que todo esto salga mal, y no estamos hablando de Naruto y sus peleas de Mega-Zords y sus repetitivos discursos moralizadores.

 

Un par de afortunados de la redacción de MundoGamers pudimos probar Yaiba: Ninja Gaiden Z en la pasada Gamescom, y uno podría pensar que algo que mezcla a Keiji Inafune, padre de Mega Man, con ninjas, cyborgs, zombis, una estética pulp y la idea de que Ryu Hayabusa es nuestro enemigo mortal, de ninguna forma podría salir mal, pero la realidad nos lleva justo a la situación opuesta.

 

 

Lo pongan como lo pongan, un ninja que no tiene derecho a ser llamado ninja. Desde luego que el juego aún tiene mucho tiempo de desarrollo por delante, pero Spark Unlimited no son precisamente el mayor referente de calidad del mundo del videojuego. Y dicho sea de paso, serán pervertidos o harán historias sin sentido, pero a la hora de crear acción frenética bien controlada, Team Ninja tiene pocos rivales. ¿Qué pasa cuando ni siquiera intentas seguir la estela del juego que te ha dado pie? Que terminas en un juego sin combos, sin saltos, incontrolable, con un respawn de zombis ridículo y con unas mecánicas para avanzar sin lógica alguna y que intentando dar humor al asunto no hacen ni gracia, como sacar a un zombi de un contenedor de basura y meterlo en un camión para que, desconcertado, pise el acelerador y se estampe contra una tienda de lencería que nos abre el camino bajo una lluvia de braguitas. De verdad, ojalá hubiese sido bueno.

 

Con lo cual, que Yaiba: Ninja Gaiden Z vaya a llegar a PC no sé si puede llegar a ser una buena noticia o una catástrofe para el juego, que intentando vender más vaya a conseguir justo el efecto contrario. Pero luego llega Strider y nos hace ver que no todo está perdido para los ninjas.

 

 

De las manos de Double Helix llega una resurrección de la saga respetuosa, ya no con el juego original, sino con el recuerdo que podemos tener de él, sin buscar ofrecer esa acción ninja frenética que nos puede dar la vertiente tridimensional de Ninja Gaiden sino ofreciendo lo que antes tanto disfrutábamos en 2D con Shinobi, Blue Shadow o los propios Ninja Gaiden y Strider que no es otra cosa que todo un despliegue de habilidades ninja molonas con un buen equilibrio entre control y dificultad, sin ni siquiera la necesidad de renovar un diseño ochentero-futurista ni la búsqueda de una historia profunda.

 

No es tan difícil, sencillamente ofrece habilidades efectivas a la hora de dar juego y no se pierde donde no se puede meter.


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