Crackdown 3 todavía es una demo técnica
Crackdown 3 no ha sido lo más brillante de la conferencia de Microsoft en la Gamescom 2015, eso es así. Pero todavía no es como para perder la confianza en este juego, que no viene sino a demostrar que todavía hay lugar para las ideas diferentes que no solo van enfocadas al AAA de éxito masivo.
Y esa mala presentación puede haberle jugado una mala pasada a Crackdown 3, que necesita ser mostrado como se vio después a puerta cerrada, dejando claro que la meta es la diversión a través de la destrucción total, algo muy simple pero que puede llegar a ser muy entretenido.
Lo que pude ver de Crackdown 3 no era más que una demo técnica. Una demo técnica en la que los personajes aún no han sido retocados desde su concepción original en Xbox 360, pero que basa toda la gracia en mostrarnos que todo parece como hecho de cartón-piedra cuando disparamos con una pistola y somos capaces de atravesar una pared de hormigón haciendo un círculo de agujeros de bala en ella. Si en vez de una pared es un edificio entero, golpear puntos clave puede hacer que se desmorone por completo y que cause una reacción en cadena que acabe con toda la ciudad hecha gravilla.
A medida que destruían cosas (y que todos los pedacitos se queden ahí manteniendo su peso y no desaparezcan), se iba rellenando una barrita que indicaba la 'potencia utilizada'. La primera barra representa a la potencia de Xbox One, y una vez llena, cuando ya tratamos de destruir un rascacielos en mil pedazos, aparecen nuevas barras de 'potencia utilizada', que representan lo que puede legar a hacer 'el poder de la nube'.
Cierto es, la demo no se ralentizaba en esos momentos clave de caída de pedazos de todo tipo de tamaños que podían a su vez ser convertidos en partículas más pequeñas, pero tampoco se puede decir que tenga las mejores texturas como para que hacer estallar media ciudad utilice un poder de la nube equivalente hasta a 10 veces más que el de la propia Xbox One. Todavía sigue sonando a algo muy mágico.
Además, ¿cómo implementar toda esta destructibilidad en un juego real? ¿Y si ya te has cargado media ciudad en tu primera hora de juego y te envían a una misión a una base enemiga que ya has destruido? No es que es un juego al que se le puedan pedir excusas coherentes ni mucho menos, pero no deja de haber mucha incertidumbre sobre esta evolución del sandbox vertical.
Por mucho que nos lo hayan vendido con un eslogan bonito como que puedes encontrar creación en la destrucción y que, a nivel de diversión básica, Crackdown 3 pueda llegar a funcionar tan bien como lo hizo el primero, por ahora tiene mucho más que demostrar que una tecnología basada en algo tan vaporoso como 'la nube'.
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